lunes, 20 de noviembre de 2006

Finito


Esta madre llega a su fin... ya no sientou que tenga gracia ni importancia escribir aquí. Algún día volveré a sentir la necesidá de poner pendejadas en públicou y expresar mis joterías. Mientras tantou esta madre deja de existir. Justou en el albor de su tercia de añejos. Parece una pinchi nota auto-suicida... a lo mejor porque lo es.

viernes, 10 de noviembre de 2006

La Frase del Día

"Steam turbines are like girlfriends: if you don't take good care of them, somebody else will".

[Mi profe de Power Generation]

martes, 7 de noviembre de 2006

Pendejeandou

Hace un tiempou caí en cuenta que esta madre de blog ya casi cumple su tercer aniversariou de disque existencia, ya que en los últimos meses ha estadou agonizandou machin rin. Mi vieja mula ya no es lo que era. Sí, así es.

Pos en estos momentos las mamadas del post anterior como que me impedían meterme a escribir más pendejadas, porque como que necesitaba pendejadas bien cabronas pa poder cambear el tema ese tan escabrosou de la confusión, la jotería, la indecisión y la jotería. Pero buenoou, habiendou resueltou esos desmadres (no sé si en la mejor manera pero resueltos al fin) me propongou postear pendejadas un poco más regularmente de en ora en adelante pa poder darle si no un final feliz sí un final pendejou a esta mamada con motivou de su tercia de añejos de bacardí en la frente.

Últimamente ha estadou haciendou un puterou de frijol por acátsup, tantou que las predicciones de nieve se hicieron correctas con pinchi precisión nostradámica el mesmo miércoles (sacou) con una pinchi tormenta bien caprona acá machin. Hubo un soberanou desvergue en las calles, los autobuses ya no pasaban, los carros se quedaban abandonados en las orillas de las avenidas ya que el pinchi hielou no los dejaba avanzar y como "la nieve tomó por sorpresa" a todos los suecos pindejous pos todavía traían sus llantas de veranou que son como patines en estas épocas. No sé porqué vergas dicen que los tómo por sorpresa si taban chingue y chingue en que el clima era muy caliente pa estas fechas que ya debería de haber nevadou y que la chingada, mmta madre ¿quién chingados los entiendou puesn?.

Por mi parte yo hice hasta lo casi imposible por llevar mi orgullo fodongou hasta sus últimas consecuencias cuando andaba en chanclas en temperaturas de 5°, ante el asombrou de toda la gallada. Pero pos ya con la puta nieve pos ya no pude hacer ni madres, pos no mames, no dejo de ser un pinchi cojteñitou en tierras vikingas y aunque soy bien vergas pos el cambio sí tá bien cabrón. Tons pos desde el sácoles saqué (valga la reputancia) mi chamarra de inviernou y toda la parafernalia invernal pa poder andar por ahi con tranquilidá y sin temblar (tantou).

El sábadou toda la puta nieve se reditió, acá, y pos si taba haciendou dos tres frijol pero pos no tantou como los putos -8°C de la primer nieve, quesque era una tormenta. Ese mismo putou sábadaba fui a una puta fiesta y fui vilmente engañadou y utilizadou. Me prometieron una fiesta bien perrona, con mujeres doctoras suecas disfrazadas de vampiras, diablas y putas y machin pedas. Pero pos nel. La puta fiesta era una cena de no sé que vergas, había bien poquilla raza, las viejas no andaban disfrazadas y no eran tantas y no taban tan buenas y no se empedaron (tantou). Después de la cena se disque convirtió en disque fiesta pero a mí me dio una hueva enorme y de no haber sido por las putas 80 coronas que pagué con la ilusión de encontrar diversión y desenfreno en ese lupanar pues me hubiera ido a chingar a mi madre como desde la media hora que llegué. Pero no. Me quedé. Porque pinchis 80 coronas son un chingou. Buenou, son apenas como 2 cheves y media, pero eso es porque las putas cervezas tan bien caras. No mames, una chela a 30 pesos ya se les hace super regaladou y te puedes encontrar en algún putou lugar sorbiendou birras de 90 bolas, no pinche mames caprón, todavía dijeras son unas putas cheves acá orgásmicas, cachondas, que adelgazan o te ponen mamadou pero neeelson ned, ni madres, tan más de la verga que las tecates, y eso que ya es munchou decir.

Buenou, pos ya llegué bien pinchi tarde, nos vinimos hasta que se acabó todo el pedou. Y pues el domingou hicimos una puta reunión pa limpiar todo el desmadre de la cocina... ¿o no?, ¿o fue el domingou pasadou?, verga, ya no me acuerdou. Lo que sí me acuerdou es que el domingou me la pasé huevoneandou acá machin rin (qué pinchi novedá) y que no vi más que el partidou en el que le metieron la vértebra al Madrí porque es el único que pude ver despiertou, los otros los vi jetón, así como que bien surreales los putos partidos, recuerdo partes que no sé si las soñé o las vi de a neta, total que estuvou chilou el putou partidou.

En los últimos meses esta madre ya no es lo que era antes, y mucho menos lo que era al principio, cuando escribía puras mamadas cursis que antes había escritou en algún ladou. Ahora la neta no sé ni qué vergas escribir. Cuando tengo algo que escribir me da hueva y cuando se me quita la hueva se me olvida lo que iba a escribir y cuando me acuerdou de lo que era tengo que irme a la puta escuela y cuando regresou ya no me acuerdou y ya no me quiero acordar a la chingada porque... qué pinchi hueva. Como la pinchi hueva que me tá dandou orita, chingada madre, luegou escribou más pendejadas. A ver cuánto dura esta madre. Ahh sí, feliz pinchi día de mi santou.

jueves, 28 de septiembre de 2006

chingada madreeee, tengo un chingo de ganas de hablar. De sacar y descargar estas ganas tan grandes que tengo de comunicar lo que pienso y aligerar el desmadre de mi mente pa poder hacer la puta tarea a gustou.

Puta madreeee... tanto pinchi tiempou dándole vueltas a lo memsou, ya ni sé ni qué pedou. Últimamente como que me desespero más seguidou. Me desesperou porque creo que son momentos de definir mi vida y no tengo ni una puta idea de cómo empezar a construirla. Bueno, la neta sí tengo idea, en casi todou menos en el amor. Por lo menos en lo demás (lo profesional y lo familiar) como que sí tengo así como un rumbo pa donde jalar. Como si alguien me hubiera dichou "por aquíles" y pos por aquíles ando andandou. Pero en lo otro me entra la desesperación. Machin. Hago berrinches como si tuviera 4 años. Qué vergas. No se le haya el putou lado a las cosas. Cuando taba morrou me imaginaba como que tooodo el mundo existía nomás pa chingarme a mí. Pa tratar de destruirme, de engañarme, de putearme y de quitarme todou. Parecía una visión un tanto madmaxística pero como que válida desde cierto puntou de vista. Ahora esa madre me parece como que toda la raza ha ideado un plan mucho más cabrón de darme en la madre y ahora no se me acercan a tirarme putazos sino que aguardan, piensan, confabulan y planean las formas más cabronas de hacerme daño, de todo tipou, no nomás físicou. Pero buenou, a veces así soy yogurt de mamión. Pero la neta es que orita sí se siente de la verga. Puta madre, cuando todo parece tan sencillo se torna más complicadou que una verga azul metida en una pepa satinada con un huevo fuera y los otros tres adentrou... yo sé que no tengo que tratar de entender pero no puedo evitarlo y no... no lo entiendou. No entiendo ni madres. La neta no sé qué hacer. El pedo de ahora es como el de siempre, no es que no tenga ninguna opción y no tenga ni puta idea pa donde jalar. Sino casi todo lo contrariou, hay un chingo de cosas que hacer pero como siempre ando terco con sólo una, la que no se puede. Me sientou de una manera machin ambigua. Por primera vez sientou que toy en un lugar nuevo y mi vida no está en hold, sino que me toy adaptandou acá chilou con todo el pedou. Pero al mismo tiempou me siento solo, vacío, como que me falta algo, como si aquí no lo pudiera encontrar, como si alguna vez lo tuve pero ahora lo he perdidou. Así. Así me sientou. Y se siente de la verga.

miércoles, 27 de septiembre de 2006

Cuic ópdeit

Como me da una hueva tan infinitamente grande como sólo mis propios huevos el contar qué chingados he hechou estos últimos días, pos mejor posteo el mail que con tanta devoción le envié a mi santa Madre después de que me mandó uno con el subject: "Tienes madre?"... jajaja, un pocou exageradou pero es que la neta es que ya teníamos un buen ranchou sin cruzar palabra alguna, es por ello que me ensañou con tantas líneas dedicadas a relatar lo más últimou y más destacadou de mi vidornia por acátsup... sobres pues, ahi tá:

neeeeel... que hueva... se me hizo muy mamión... mejor posteo que tengo un putero de tarea, que me la he pasadou "haciéndola" toda la semana y que todavía no la terminou, que compro tragazón una vez a la semana y siempre cocino y casi siempre pasta, pero bien buena, que juego fut los domingos con varia raza y con eso tengo pa andar adolorido todos los lunes, que empecé a jugar ping pong y ahora casi me desmayo por andar jugando con una puta sudadera y terminé como salidou del putou sauna, que empató el Barza y que le metieron la riata al Inter en su casita, que las suecas cada vez se me hacen más buenas, que ya casi es octubre y aquí sigue haciendou calor, que pude haber ido a una party pero preferí quedarme a ver los partidos, cenar pan con nutella pirata y rascarme los huevos mientras hago como que hago tarea, que a lo mejor me compre una bici pero ya después de que pasen los friyos (mmta... todavía ni empiezan), que me sigo pendejeandou por haber olvidadou el tequila, que creo que ya me acostumbré a estar sin la raza pero que extraño machin a mi chiquita, pero acá machin rin, tantou que esta situación no parece en lo absolutou justa...


lunes, 25 de septiembre de 2006

La Frase del Día.

"If every girl in the world looked like Keyra... then we could date based on personality."

[un pindejou en youtube]

sábado, 23 de septiembre de 2006

La Fotou del Día.


Ahhh... aquellos tiempos tan putos...

viernes, 8 de septiembre de 2006

El pintor.

No era la primera vez que andaba por ese rumbou buscandou un pintor. Como yo ya conocía las calles le dije que no se preocupara, que yo sabía cómo llegar al otro lado del parque. Seguimos caminandou paralelo al cercado por unas cuantas cuadras. Tomamos unas callecillas en las que recordaba haber encontradou a aquel pintor en ese local, un muchacho que me pidió que le diera trabajo porque lo necesitaba urgentemente. Recordaba su diminuto local, suficiente solamente para caber él. Caminando por la acera vi a lo lejos a una señora gorda y chaparra que nos miraba con cara de enojada, acá intimidante. En eso empecé a ver los localitos de pintores que recordaba estaban por ahí. Cuando pasamos por el que creí era el de Gabriel se me hizo muy distinto, era muy distinto. Había más gente, 3 mujeres en el local acomodando las cosas en un local pequeñito pero muy bien pintadito y con muchas cosas en los estantes. También estaba el que parecía ser el maistro, un chaparro moreno con una cachucha y esas típicas manchas de pintura en la piel. Le dije que le dijera que nos hiciera un presupuesto antes de pagarle algo. Él se dirigió con el pintor y le dijo lo que le dije. Él acordó al mismo tiempo que se preparaba para ir con nosotros a ver dónde iba a hacer la chamba. Las mujeres le preguntaron que pa cuándo el dinero y él le dijo que se los iba a dar en la tarde, después de que el maistro le hiciera el presupuesto. Quedaron medio convencidas. El chaparro agarró unas muletas y salió detrás del mostrador mostrandou que tenía una pata de fierro. Se bajó hábilmente del escalón y empezó a caminar rápidamente por la acera. Le dije que no estaba seguro si ése era el mismo local en el que trbajaba Gabriel. Sin aflojar el paso y con un tono triste me dijo que sí, pero que Gabriel ya no trabajaba ahí. Le dijo que nos cobrara barato, que éramos clientes. Él dijo que nos apuráramos, que luego hablaríamos de todo eso. Atrás de nosotros pudimos notar que la gorda que habíamos visto antes nos vió con una mirada amenazante y empezó a correr detrás de nosotros. El pintor dijo que corriéramos y empezó a correr con las muletas casi igual de rápido que nosotros dos. La gorda nos estaba asustando mucho y corrimos a toda velocidad por varias cuadras, subiendo y bajando banquetas, con el pintor por un lado. De pronto volteé y el pintor se empezó a resagar cuando nosotros habíamos corrido a todo lo que podíamos. Noté que la gorda y su hija lo habían alcanzado y estaban tratando de quitarle las muletas mientras él insistía en escapar. Me regresé hasta donde estaban para ayudarlo, le logró arrebatar las muletas a la mujer y a su hija y el pintor logró escapar. Para este entonces las mujeres estaban desquiciadas y yo trataba de golpearlas lanzándoles las muletas. Le dí a la mujer. Pero la hija corrió al medio de la calle y cuando la ví todo parecía estar en cámara lenta. Traía un vestido blanco, con calcetas blancas y zapatos negros, que combinaban con su negro cabello lacio hasta el cuello. Vi cómo lentamente se daba la vuelta al mismo tiempo que sacaba una pistola y después de amenazar a la gente que se había acumulado rápidamente giró hacia el pintor apuntándole con el arma, al mismo tiempo que le gritaba entre lágrimas: "¡¡¡Papi no niegues a mi mamá!!!". Como pude le lancé la otra muleta para desarmarla pero aún así se oyó un disparo que volvió a velocidad normal todo pero también lo ensordeció. La niña cayó al pavimento, inexplicablemente para mí que corría hacia ella sin escuchar mis pasos, sin escuchar nada. Cuando llegué había un aparato extraño con un cable que llegaba a su pecho. Presioné un botón extraño y empecé a oír sus quejidos internos, que eran imperceptibles sin el aparato. Se oían como suspiros de dolor, muy tenues. Volví a presionarlo y oí sus latidos, los cuales se hacían más irregulares y más débiles. Recuerdo el pánico, la desesperación, la confusión, la tensión y el nerviosismo que sentía. De pronto todo empezó a apagarse lentamente. Hasta quedar todo negro y ya no puder ver nada.

jueves, 7 de septiembre de 2006

puuuuuuuta madre oootra idea que me gaaanan nomas por ser pobreeee!!!.

breve reseña ardilla cagapalos

Chatiandou con el putou mandilón del pepinou me comunicó que recientemente había sido el autor de ciertos comentarios conflictivos en youtube donde pasan un video de Porter en el Vive Latino. Vean todos los comentarios pa que vean el bonito y tolerante mensaje que en un principio el tigre pone en relación a la agrupación arriba mencionada.

Ahora, pos la neta acá después de decirle que se había pasadou de verga, no porque defendiera a esos pindejous sino porque tanta sinceridad y tan cruda puede ser ofensiva especialmente pa los putitous pousers que componen casi la totalidad de los fans de porter (si no me creen, vean los pinchis comentarios), pos le dije que tenía todo el hocicou asquerosamente retacadou de razón. Puta madre, son tantas cosas que me cagan de nomás ver ese video que me da un sentimientou compuestou principalmente por coraje y asco. Wa empezar por lo últimou y es que no mames, nomás de ver al putou ése con esos trapos me dan ganas de partirle en su madre. Digo, hasta pa ser jotou hay que tener estilou, si nomás por ser maricón fueras fashon todos los pinchis putous pudieran trabajar en una estética o diseñando o haciendou música. Y bueno, hay algunos que no hacen eso... El puntou es que se viste de wakis wakis y estoy totalmente de acuerdou en que la imagen poco tiene que ver con la música de los grupos (especialmente en pendejos como Good Charlotte o The Rasmus que, aunque pueden tener alguna que otra rola que sea buena, su apariencia indica una cosa diferente a dónde su música apunta) pero en este caso es un adelantou de la mamada de música que aúllan. Bueno, aparte de esou, siempre me ha cagadou en cualquier grupou sea de dónde sea el hecho de que tengan varias guitarras y no puedas oírlas; digo, pa qué chingados las tienen entonces??? pa romperlas cuando acabe el toquín?? chaaale, ya ni pa eso. Luegou después aparte además también está el hecho de que la música está asquerosamente aburrida, no mames ya ni Sigur Rós, por favor.... y este puntou está ligadou con el hechou de que me da coraje este pedou: que le llaman ROCK. No Pinchi Mames Caprón!. Digo, como dice un pendejín ahí en el youtube: hay que respetar el gusto y la opinión de los demás pero, insistou, NO PINCHI MAMES CAPPPPPRÓN!!!, le dicen que es una "banda de rock" a "esou" y no no no no no no onroohhnotnmm ooooooooooooooooooo..... no conformes con esa aberración algún otro animalitou asevera que es la "mejor banda de Méxicou" justo después de mentarle la madre al pepinou, pero al decir esou al mismo tiempou le está mentandou la madre y cogiéndose a la hermana de todos y cada uno de los integrantes de Café Tacuba, Zoé, Molotov... y creo que ya, jaja, al decir que es mejor que ellos, vuelvo una vez más a insistir otra vez repitiendou reiteradamente de nueva cuenta, NO PINCHI PUTA MAMES CAPRÓN!!!!, creo que hay argumentos suficientes aparte de los que podríamos llamar "viscerales" para poder afirmar que esta banda categóricamente vale verga.

Y buenou, eso es en la parte musical (más o menos). Pero ahora pasandou a la parte que más me da coraje y por la cual este post tambor es más ardilla que el putou de Alvin, está el pedou y el hechou de que aún haciendou música fecal haya (un chingou) de raza que los apoyen y los defiendan como leonas heridas cuando alguien los ataca, y de que, la mayoría de estos hueyes, lo hace sólo con el argumentou de "apoyar al rock nacional" o de "no ser malinchista". ¿Malinchista? eso lo serán esos pendejous que siendo mexicanos cantan en inglés, me cagan, ¿qué no pueden hacer rock en español?, no mames, me recuerdan al tri souls in mai maind, éso era malinchismou, compas. Con todo el poder que mis huevotes me confieren me atrevo a decir que están rependejos. Primerou, si alguien apoya a cualquier banda nomás porque son mexicanos y traen como diez mil guitarras y soniditos raros y los integrantes se animan a salir al escenario en garras enmalladas pos qué de la verga está nuestro pinchi criterio musical. Me disculpan si no respeto los gustos de los demás pero se me hace estupidísimou como razón para alabar a un grupo el hecho de que suenan diferente a lo que comúnmente se oye, pos clarou, se oye diferente porque lo normal es música y esto suena a mierda. Es que es como predica el gran filósofo y pensador Fabiruchis: las cosas como son, la música suena a música y la caca suena a caca. Aún y cuando han habidou acá bandas que "proponen" cosas nuevas (me caga usar esa palabra cuando se habla de grupos nuevos, una banda no "propone", "afirma", lo otro me suena como que si la banda antes de la canción preguntara "y como qué música les gusta amiguitos?? rock?? bueno, pero qué les parece estou???", no mames) las novedades suenan a música; y bueno, también está el pedou de que hay bandas que "proponen" algo nuevo y si suenan a música pero esa música no es nueva, ni madres, ni cerquita, ni siquiera "propone" una riata doblada, nada. Y la raza los etiqueta de genios, innovadores y vergones. No mames. Pero buenou, volviendou con la parte Alvin de este post y que creo que fue la principal causante de que yo esté escribiendou tantas pendejadas en un post, es que me da un putou coraje que haya bandas ahí en la escena nacional e incluso local que valen pa pura madre y que nosotros no podamos ni grabar ni un pinchi demo... jajaja, la neeeeta, ése es mi pedou... y qué pedou??. El desmadre está en que siendou lo más objetivou que mi cegador ego me pueda permitir, nosotros les partimos en su madre a muchas de esas bandillas vale verga que ahora se la pasan cogiéndose a las grupis y huevoneandou por toda la república (puuuuta madre más coraje!!). Yo sé que pueden pensar, con toda razón, que es una mamada tipo Jenna Jameson lo que yo pueda decir pero yogurt sé que pedou y esa es una espinita que la traeré clavada siempre (uy qué ricou!), a la verga. ¿Por qué esos putous sí y nosotros no?... mmmm... lo que más putou coraje me da es saber la respuesta y no poder hacer nada al respectou.

Y quierou hacer hincapié en que esta madre no es hablandou nomás de los puteques de Porter, que ni una reseña del tamañou de mi... no sé (es que en mi cuerpo todou es grande, peludou y cabrón) se merecen; tampocou es un pedou malinchista o nacionalista, porque hay raza de fuera de México que vale verga (y mucha... mucha raza y mucha verga) y muuuuc... bueno, poca raza de México que son vergas, pero buenou el puntou no es esou sino que más bien (o menos mal??) se refiere a la raza que está involucrada en ir a los conciertos, comprar/copiar/bajar/compartir música, a los que ven el emtiví y el telejid y el bieshwuán (puta qué nombrecitou) pa que no sean borregos y apoyen a cualquier puño de pendejos que tocan guitarra y se animan a cantar, la neta, cualquier morro que se sube al mionca tiene más talentou que muchos de los pendejos que se animan a subirse a un escenariou. No todo lo que suene diferente es bueno, chilo o innovador, hay muchos sonidos que no se usan en la música no porque no se puedan sino porque hay que tener talentou pa utilizarlos, no nomás al garete áhi. Lo que quiero decir es que si ven u oyen a algún grupo que no les guste díganlou cabrón, háganselo saber, que se den cuenta de su error y rectifiquen o se rehúsen de continuar, porque a lo mejor esos hueyes siguen tocandou y llenando lugares porque creen que son una riatota y que lo primero que se les ocurre siempre está chingón y no saben que la única razón por la que tienen tantos seguidores es porque esa raza piensa que "tan siquiera no es reggaeton". No mamen, la neta prefiero el reggaeton, por lo menos agarras machin cura y no te duermes con esa madre.

lunes, 4 de septiembre de 2006

La Frase del Día.

"One is the loneliest number since you've gone away."

[One, Harry Nilsson]

(versión de Filter)

lunes, 28 de agosto de 2006

megaNacou pa svenska.

No había tenidou ni el tiempou ni las ganas pa escribir cualquier cosa. Ni siquiera orita. El pedou es que he estadou machin contentou, disfrutandou acá machin cosas que nunca había podidou disfrutar.

Orita toy en Estocolmou, acá huevoneandou a la nórdica, conociendou a raza de todas partes y huevoneandou con nostalgia, con sabor a tacos.

He tenido muchos episodios contables, pero la neta la hueva me poseye, me carcome, me corroe, me invade y me imposibilita de cualquier acción sobre todo si está relacionadou a escribir pendejadas en esta madre.

Han pasadou varias cosas desde que escribí lo anterior, de hecho, esa misma noche cambió todou, y desde entonces no he tenidou necesidad de desahogarme en esta madre. Me la he pasadou contentou, bien chingón, a veces no puedo creer que sea tan afortunadou de estar viviendou estou, me sientou bien vergas, jajaja.

Arre pues, nomás pa no empolvarme más escribí estos sinsentidous pero ya vendrán más pendejadas internacionales. Pretendou también la forma en la que se ve esta chingadera, porque la neta ya me hartó y, pa ser sincerou, se ve medio putón (sí, putón, no plutón, que esa madre ya ni planeta es).

A ver qué chingados me pasa mañana, no sé si me levante porque es a las 8 de la madrugada y yo me he levantado estas casi 2 semanas despues de las 12, jajaja. Qué chingón es huevonear. A ver si mis huevos se logran aligerar un poquitou y me dejan atender con puntualidad a lo que será el inicio de una chingadera que más vale que valga la pena acá machin y que estoy segurou que siempre wa recordar porque me va a cambiar todo el pedou. No mames, qué pendejadas.

martes, 22 de agosto de 2006

La frase del día.

"Es ficción. Todo se ha construído. Aún así duele."

[Christoffer Boe, Reconstruction]

sábado, 10 de junio de 2006

Que qué pedou???...

Chingadou. Ando medio acá. Como que bien quién sabe cómo. Me sientou bien así. Como que sí pero al mismou tiempou como que también. Todo acá como que medio confundidou entre la duda. En pocas palabras me sientou con un desmadre emocional de sentimientos pendejos con pensamientos recursivos e imágenes psicodélicas y abrumadoras que provocan una conducta retroactiva, introspectivamente retraída y ciertamente falaz. Puuuuras pendejadas.

Desde hace ratou que quierou escribir algodón, pero siempre, y a diferencia de casi siempre, me invadían toda clase de pensamientos, temas, sentimientos, recuerdos, vivencias y frases al azar que hacían difícil escibir con coherencia o tan siquiera escribir a menos que tuviera 3 teclados y 4 pares de manos (uno pa rascarme la cabeza y un huevou). Desde que llegué el lunes de Monterrey como que han estadou medio raras las cosas. No siento como si estuviera en pause mi vida pero aún así percibo que está avanzandou muy lentamente.

Creo que esta es la primera vez que sientou que soy, de alguna forma, correspondido en mis sentimientos sentimentales de amor amorosou hacia otra persona personal. Digo "de alguna forma" porque todavía no descubre en cuál y si fuera la misma que la mía no estaría escribiendou este conglomerado de incertidumbres. A veces el querer mucho a alguien no es suficiente. Cuenta mucho tambor lo capaz que seas para expresarlo, las circunstancias, las intenciones, las situaciones, los tiempos, la oportunidad, lo mucho se quieran. Ahora no sé si alguna de las anteriores está correcta o adecuada con Ella, pero no piensou en ello. Me dice que tiene miedo de que todo cambie, que no seamos como somos ahora y que todo sea diferente y para mal. Que cuando yo me vaya dejemos de ser amigos, porque ya no pueda contarle todo lo que me pase por allá. Le he dicho que no tiene porqué pensar en eso, que es mejor pensar en lo que podemos hacer hoy, en lo que sentimos hoy, en lo que queremos hoy. Pero le da miedo. Pero a mí también. Me da miedo el llegar a quererla tanto que cuando me vaya lo único que haga sea extrañarla. Pero no quiero pensar en eso. No lo hago. Con Ella no piensou sólo sientou y, la mayoría de las veces, actúo. Pero eso es lo que me tiene orita medio triste, confundidou y awitdou: el que yo haga, sienta y no piense y el que ella todavía tenga tanto miedou (y/0 desconfianza). Pensé que yo era el que no sabía cómo actuar, porque soy yo el que nunca he estadou en una relación ni remotamente parecida a la que tenemos. Pero parece que no es tanto así, que la experiencia en estas cosas no sirve de muchou, sólo te ayuda a guiarte al principio, después de eso todo sigue siendou terreno desconocidou con cada persona. Yo también voy a oscuras y temblando de miedou, pero sigo avanzandou.

Hoy no sé qué pedou. Me confunde el hechou de que es la primera vez que no soy yo el que está frenando las cosas o con miedo a actuar. Se me hace extrañou. Siempre pensé que era el únicou puñetín que se sentía impotente de ir más allá en una relación. Siempre me ha atemorizadou el compromisou. Cualquier tipo de compromisou. Pero ahora que confío en mis instintos estoy seguro de que no puedou equivocarme. A ver qué pedernal...

lunes, 15 de mayo de 2006

Reporte huevón.

Qué royal... pos aquí huevonenandou un ratillou. Ayer fue un dia medio ajetreadou. Me levante tempra como a las 8 despues de que me había dormidou como a las 3. Fui a una clase que tengo que dar y despues se suponía que íbamos a jugar WE10 pero me dejaron plantadou y me tuve que ir al cantón. Ahí esperandou a que diera la hora pa nuestro partidou de fut. Le traté de avisar a toda la raza pero la mayoría me mandó a la revértebra en diferentes formas y por diversas razones. El casou es que fuimos a jugar 4 hueyes y se juega de 7. No mames, nadie era porterou, un desmadre bien cabrón, no había defensas más que yo y nuestros delanteros estrellas no estaban, básicamente fue casi casi la pura banca del equipou (menos yogurt clarou...) y pos, como era de esperarse y como lo había vaticinadou minutos antes, nos pusieron una putiza. La primera derrota en 9 partidos. No mames, esos hueyes iban en 6 lugar del grupou, chiaaale. De la vértebra el juegou, con un pinchi calor de como 40º y con 3 hombres menos es bien pinchi difícil. Pero buenou, alguna vez teníamos que perder y qué bueno que fue orita y no en la liguilla. Esperemos que pal otro sabadaba vaya toda la raza, no mames, se pasaron de lanza todos. Pinchis putous.

En otros asuntous, después de dejar a un pindejou en su casa después del partidou y en mi camino a la casa me encontré con el mismísimo carro de Rey Misterio!!!, a huevou, y estoy segurísimo que era él, así machin, las palabras a los costados que decían "Rey Misterio" y su máscara dibujada en el vidrio de atrás no me dejaron ninguna duda. Total que me dio machin cura ver el pinchi thunderbird viejo blancou, con "Rey Misterio" a los lados y un vato bien fiera y con tatuajes al volante. Hubiera estadou chilou que tuviera su máscara, pero la neta no estoy seguro si era él el que iba manejandou, a lo mejor era su carnal o no sé. Que yo sepa el Rey Misterio todavia tiene su máscara. Pero buenou, lo pasé bien fiera a ver si era ciertou que muy vergas pero pos no, no obtuve respuesta fiera de él... hasta que llegamos al semáforou. Me paré porque me tocó el rojou y en esou que veo por el retrovisor al pinchi Rey Misterio que venía en chinga, no mames, y a pesar de que siempre tengo la música a todo volumen pude oír el chillidou de las llantas mientras el carrou se seguía acercandou peligrosamente hacia míguel. De volada me hice un poquitou más pa adelante pa pegarme lo más posible al carrou de adelante y darle más espaciou al pindejou del Misterio de que frenara y pos también le pisé machin al frenou pa evitar una carambola. Puuuta pos siguió el chillidou de las llantas hasta que pensé: "Pinchi Rey Misteriou, ¿¿¿tendrá segurou o me la irá a hacer de pedou con una quebradora aquí en medio de la avenida???". Pero buenou, lo chilou fue que justou al terminar ese pensamientou el pinchi Thunberbird se detuvou ahí atrasitou de mi Sentrinha. Lo buenou que no pasó naranjas, yo ya estaba preparándome pa recibirlou con unas patadas de cascada pa que no se pusiera fiera con el deducible... suerte pa él que no pasó a mayores. Pero buenou, lo chingón es que ahora puedo decir que Casi Me Choca Rey Misterio... o creo que era el Rey Mysterio. Ya pa salir en Wikipedia es que la hiciste en la vida.

Ayer fue un día de peda tambor. Después de el incidente con el luchador pocho hubo tamaliza, frijoles puercos y ceviche por el cumple de un compilla de maza. Estuvou chingón, pero la neta no logré awantar más de las 5 y me quedé dormidou bien pedou. Me desperté como a las 2 de la tarde y vi que en la casa había un desmadre pero super cabronsísimou y mientras en mi mente me debatía sobre la idea de quedarme a ayudarles a limpiar, mi cuerpou ya se estaba subiendou al carrou pa irnos a la chingada de ahí (mi cuerpou, mi mente y yogurt). Hoy, en un día de total huevísima y después de ver uno de los mejores partidos de todo el añou, el Pachuca 2 - 3 Chivas, me he dadou cuenta de que traigo un desmadre en la cabeza. Ahora no son los pedos de siempre, por lo menos, pero es que ahora con eso de la maestría hay un chingo de cosas que tengo que arreglar y lo que más me preocupa es la pinchi beca y que tengo fecha límite pal miércoles y no tengo ni madres, chingadou, no sé cómo vergas le wa hacer. Pero buenou, tengo que tratar de organizarme, hacer listitas de pendientes así todo bien jotou pa poder acordarme de todas las pendejadas que tengo que hacer. Lo que más me caga es que wa tener que ir otra vez a pedir cartas de recomendación pa la solicitud de beca, chingadou, es lo que más me molesta: pedir favores. Pero buenou, algunas veces un hombre tiene que hacer lo que un hombre tiene que hacer: no ser hombre y pedir ayuda. A ver qué talcou con todo este desmadre. En estas semanas se decide mi futurou, por más mamión que se vea es ciertou y lo tengo que ver así pa no quedarme paralizadou por la hueva y que me lleve la chingada. Fíjate qué cabronas las dos: una me quiere paralizar y la otra me quiere llevar. No mames.

Arremangou, después vendrán más avances a como se vayan presentandou y a como se me vaya hinchandou los huevos de irlos posteandou. Por lo prontou me despidou con la esperanza de prontou estar presentandou al megaNacou Swedish Edition. A ver qué chingadous pasa ombre.

sábado, 6 de mayo de 2006

Jelou Sverige!

LETTER OF ACCEPTANCE

Dear megaNacou

Re: Application to KTH Master's programme, Autumn entry 2006 with Ref. No:
930-2005-1068_HT 06_02587

On behalf of KTH, the Royal Institute of Technology in Stockholm, we are
pleased to inform you that you have been accepted to the Master's programme
Sustainable Energy Engineering.

The offer is valid for programmes starting August 2006. In the selection
process the applicant's first alternative has been prioritised, allowing
admission to the second alternative only if the first alternative is placed
on the waiting list or has been rejected.

Upon completion of the programme you will be awarded the Swedish degree
Teknologie magisterexamen inom huvudämnet maskinteknik. med inriktning mot
Sustainable Energy Engineering.
Translated into English as
Master of Science with a major in Mechanical Engineering, specialised in
Sustainable Energy Engineering.


Sincerely,
KTH Admissions Office
DKV 6
SE-100 44 Stockholm, Sweden




Puta madre qué pinchi feliz estoy. Me voy a Sueciaaaaaaaaaaaaaaaaa. Qué chingón. Qué vergón está el asuntou. La pinchi euforia de la noticia ya pasó un pocou, pero todavía sigo un poco sorprendidou por la sorpresa tan sorpresiva que me tantou me sorprendió. La neta es que este asuntou lo quería mencionar lo menos posible, sólo a la raza que me ayudó con las referencias y a la family y los compas más cercanos les compartí el plan de irme a estudiar allá. Pero después de que mandé la solicitud no quise pensar más en esou, sabiendou que todou lo que estaba en mis manos ya estaba hechou y que si pensaba y planeaba las cosas en relación a estou a lo mejor me llevaba una gran desilusión si no se daba. Por esou me mantuve pesimista, pa que no me doliera tantou el rechazou (cosa que aplicou en muchas otras áreas...) pero ahorita ya puedou descansar y con la certeza en la mano puedo hacer planes pal futurou que, causalmente, ahora resulta tan prometedor.

Estoy machin emocionadou. Conocer Suecia es un pinchi sueñou machin. Hay un chingo de planes que ahora sí sueltou pa que correteen por mi cabeza. No sé todavía cuándo me voy. No sé nada. Apenas mañana empezaré a pensar en las cosas que tengo que preparar para irme. Esperou que las cosas salgan bien. Por primera vez en mucho tiempou me sientou feliz y emocionadou. Quiero disfrutar de la sensación.

miércoles, 26 de abril de 2006

De Noche.

De noche los sentimientos vuelan.
Las emociones se aligeran y flotan las palabras del amor.
De noche la luna llega
y hace que suba, como la marea, la voz del corazón.
De noche te ves más bella, es cuando tus ojos más brillan.
De noche no existe más luz que tu mirada eclipsando la mía.
Los besos a oscuras saben más dulce
y las caricias a ciegas se mueven siempre más suave.
Las flores a media luz se entregan
y la luz que descubre las pasiones es de las estrellas.
De noche encontrarte quisiera
y darte un abrazo que dure la noche entera.

sábado, 15 de abril de 2006

Necesitou una morrita. Vieja. Mandil. Novia. Necesitou amor. Machin. Hay veces en las que me preguntou cómo hay gente que termina con gente que parece tan adecuada para ella. No es envidia. No recuerdou haber sentidou envidia en mi vida. Pero hay veces en las que me preguntou si realmente hay alguien ahí para mí. Hay veces en la que, aunque no me guste, me sientou EXACTAMENTE como en esa escena de Donnie Darko con su psiquiatra:



- Do you feel alone right now?

- Aah... I mean I'd like to believe I'm not, but I just... I've just never seen any proof so I... I just don't debate it anymore, you know... it's like I could spend my whole life debating it over and over, and weighting the pros and cons and in the end I'd still won't have any proof so I just... I just don't
debate it anymore... hehe it's absurd.



Siempre he apeladou a mi paciencia pero hay momentos en los que eso no es suficiente. En ocasiones me sientou total y completamente perdidou sin que nadie pueda señalarme la dirección en la que tengo ir. En ocasiones quisiera dejar de ser yo.



viernes, 7 de abril de 2006

When Capitán Tejuino Ruled the Beach!!


megaNacou & Pepinou recibiendou el premiou.

Sobra decir que nuestra presentación en el concursou estuvo bien perrona. Perronsísima. A pesar de que el tambor de la bataca se rompió bien cabrón y el pinchi Pepinou casi me hace tropezar cuando tumbó los pedestales de los platillos y de que el Kabe nunca, en ningún momentou, ni siquiera movió la cadera al ritmo de la miusik y de que el Chorrou... buenou, el Chorrou sí hizo todo bien... a pesar de todou esou, todos los demás grupos se la pasaron directamente a pelar. No me gusta ser pretenciosou y si lo parezcou es a propósitou pero me vale madre, estuvou bien chingón.

Más info objetiva del eventou aquíles.

jueves, 23 de marzo de 2006

A petición de mi sweetie pie, la horny corny (and now inflamed) Yeid, escribou estas líneas de sin sentidou y sin sabor primaveral.

Actualmente me encuentrou en el puertou de Wazatlan por la extensión temporal de una semanuca que empezó el domingou pasadou y terminará este mesmo domingou. Hay varias razones de mi visita al ranchou, de las cuales ahora ya no sé realmente cuál es la que realmente me convenció de venir.


Las razones me las reservou más por hueva que por otra cosa, no tengo ganas de explicar qué pedou. Lo que sí puedo explicar es que he estadou pensandou en muchas cosas últimamente (¿alguna novedad?) y creo que a lo mejor he cometido algunos errores en relación al plano sentimental. Ando un tanto... confundidou, digamos. Siempre que platicou con mi amá y mi hermana me ponen las cosas en perspectiva y termino como un mocoso de 5 años en cuestiones amorosas, siendo regañadou y a la vez guiado por sus mayores (y eso que mi carnala es 4 años menor...). Lo peor del caso es que así me siento la mayoría del tiempou: como un niño que se niega a entender a las mujeres. Y es que lo peor del caso no es que tenga que venir a platicar con mi amá pa darme cuenta de lo que estoy haciendou mal, neeeel, eso no es lo que pasa, el pedou es que todo lo que ellas me dicen yo ya lo sé, ya lo he analizadou, ya he concluido que hay algo mal y que lo tengo que cambiar... pero no lo hagou. Ése es el más grande problema que tengo en mi vida, creo yo.

En relación al post anterior y a su conclusión creo que voy bien, he hechou las cosas como he sentidou que es mejor hacerlas y no tanto por lo que pienso que está bien. Pero buenou, no sé, chingadou me siento algo enojadou conmiguel, a veces hasta yogurt logro desesperarme incluso a míguel, que no me desespero con cualquier cosa (excepto con esperar algo...) y creo que ésta es una de esas ocasiones. Puta madre, qué desmadre, pinchi explicación vale vértebra.

Hoy tenemos una tocada. Es una de las razones por las que vine. Nos invitaron a participar en un eventou acá tipo Espacio de Televisa, pero más local el pedou. Se supone que es concursou pero pa nosotros el sólo hecho de que alguien se haya tomado la molestia de hablarnos pa invitarnos significa muchou. El concursou vale madre, todos se la pelan, jaja. Pero lo chilo es que es otra oportunidad de que la raza nos oiga y nos conozca. Esperou que todo salga chilou y que me avienten muchas tangas al escenariou, de preferencia de las que en el momentou estén usandou...

Sigo sin ganas de escribir nada, quiero pero mis pensamientos siguen hechos un desmadre. No puedo ordenar ni siquiera mis sentimientos, así que, en general, no sé cómo me sientou. Qué pinchi chafa. A lo mejor y se me pasa. A lo mejor y se me queda. A lo mejor y me vale madre. A lo mejor me importa demasiadou.

sábado, 4 de marzo de 2006

"Such a lonely day..."

Quiero escribir algo y no puedo. Siento que de alguna forma tengo que sacar lo que siento pero aun no sé qué es lo que siento. Sólo me siento solo. Y me alejo más. Sin hablar. Sin decir. A veces sin pensar.

No me gusta esta forma de extrañar. Tengo que inventarme otra, una que no duela tanto, una que no sea tan pendeja.

Orita traigo un total desmadre en mi cabeza. El cual se desmadra más por el hecho de que no digo lo que pienso. Ya no sé ni qué pensar. Muchas veces he deseado no pensar más. Ésta no es exactamente como una de esas veces. Es extraño.

Está bien. Creo que no me limitaré. Haré lo que tenga a la mano. Lo que sienta sea lo correcto. Lo que al final de cuentas será lo correcto. Estoy seguro de eso. Y así tal vez el miedo se vaya desvaneciendo.

miércoles, 15 de febrero de 2006

Las flores amarillas.

Hoy me encuentro inmerso entre mis poemas. Enredado en mi inspiración. Traspasando sentimientos. Inundado de confusión.

El amor puede ser un juego, pero yo no lo quiero jugar. Para mí es un instinto, que a pesar de razonarlo, siempre será involuntario e incomprensible para mí, como un reflejo. La inspiración es un sentimiento, no es una persona. Es el sentimiento provocado por la persona que inspira, la persona que te hace sentir. Las palabras materializan el sentimiento (por más complicado que esto pueda ser) no la persona. La palabra es una emoción entintada y plasmada, extirpada con el fin de aligerar la carga del interior.

No sé si es el corazón el órgano responsable del amor y sus efectos. Pero una vez sentí un fuerte dolor en el pecho, cuando pensé que ya no te iba a volver a ver. No sé si alguien pudiera realmente volverse loco a causa del amor. Pero una vez ví tu cara en todas las cosas y te confundí con todas las personas y relacioné todo lo que escuché contigo y pensé que nunca más podría ser capaz de pensar en otra cosa que no fueras tú.

Hoy no sé si dedicarle un poema. Aquél que escribí cuando lo que siento ahora lo sentía por otra persona. Pero si la inspiración no es la musa sino el sentimiento que provoca, el poema es del sentimiento y no de la musa en sí. Por eso no es que dudo, sino por el hecho de jugar mis emociones bien. Hay cosas que no podrán ser como yo las idealizo. Una de ellas es que el camino del amor no es una carretera amplia y recta, sino un pasaje lleno de veredas escondidas en medio de un frondoso bosque nocturno. Y, al parecer, eso es algo que tendré que aceptar.

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sábado, 11 de febrero de 2006

Sin más ni más.

Últimamente no he tenido ganas ni de escribir qué pedou con mi cotidianeidad, de hecho ya ni leo blogs ni pongo mensajitos en los tags de los demás. Ando apáticou.

Puede que se oiga muy mamión pero ya van varias veces que sueño que andamos, jajaja. Chiale, lo siento como esos sueños en los que pasan cosas muy normales y que al despertar no recuerdas si lo soñaste o lo viviste, porque sueñas cosas relacionadas con lo que viviste. Pero bueno, me despierto con esa incertidumbre pero luego luego se me va, al razonar que si fuera cierto, yo lo sabría!.

Los sueños anteriormente descritos no son tan losers como pudieran parecer a primera vista (nomás un poquitou...) porque no es así como que "el sueño es que yo andaba con Ella", nooo, el pedo es que sueño que pasan cosas, que hacemos algo acá normal pero que yo sé, en el sueño, que los dos andamos. Bueno, es algo así, pero pos... se siente chilo.

Vértebra, este pinchi post se trataba de poner una pendejada y terminé hablando de Ella, chiaale, ya me está preocupando esta situación. Pero bueno, olvidemos que he escrito todas esas joterías y pasemos a las pendejadas propias de este post sin sentido ni propósitou.



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Me lo mandó un compa holandés y no... no sé de qué vergas se trata el anuncio. Por ciertou, no sé a qué fiesta ir. Hoy es cumple de un compa y hay carne asada, tistou y demás tragazón en su cantón. Ayer fue cumple de otro compa de maza y ahora pinta pa que sea una peda profesional como sólo nosotros sabemos hacerlou. Al de maza pos lo conozco desde la secu y pos toda la raza es compa de ahí. Al otro huey me llevo con él pero no muchou, y conozco nomás como a 3 hueyes de los que van a estar ahí, peeeeeero, pos el tisto y la traga son de a grapa, a diferencia del otro conbebio donde todos somos unos foráneos piojosos y ávidos de alcohol. Chingada madre, en toda la pinchi semana no hubo nada, y ahora que hay, hay al mismo tiempou!!. Vergas, no me gusta pero tengo que decidir rápidou porque ya me está dando hueva y aparte ya comenzó el partido de fúbol y esos son síntomas que pronostican una noche de viernes dormido a las 10 de la noche. Esperemos que el pronósticou sea como el del clima de aquí de Mty: QUE NUNCA LE ATINAN!.

Sobres pues, a ver qué pasa. Noticias, luego. Por ahora, ¡¡¡a la party!!!.

lunes, 6 de febrero de 2006

Jelou

Pos qué pedou, yo aquí todavía recuperándome de una mega peda y desvelada en Real de Catorce. Muy a toda madre el pedou, tuvimos la posibilidad de probar nuestras habilidades aventureras. Conocimos varia raza extranjera pero sobre todo regias, chilangas y francesas/belgas.

La neta el post de la crónica será en otra ocasión porque orita me embarga la hueva como pocas veces y no sé qué vergas hacer para que no pase de embargues.

Por lo prontou sólo quiero decir que el cuento que me he tomado la libertad de segmentar en los posts anteriores no es de mi autoría. Pertenece a una amiga que fue muy chingón de su parte regalármelo en mi cumpleaños. Gracias, Len. El título sí es mío, jaja. Todo lo demás es de ella y, debido a que me identifico mucho con el personaje y su situación y su sentir, pues decidí ponerlo aquí en el blog, que no había tenido una cosa así de buena desde que... empezó, jajaja.

Bueno, ya con esta me despidou, no sin antes presentar algo que también es de la autoría conjunta de Len y yogurt. Lo escribimos una vez que estábamos por entrar al cine y quedó más chilo de lo que había esperado y creído. Me gusta más porque también me hace pensar en Ella y porque este puede ser, sin proponérmelo, el primer poema que le dedico.


No me atrevía a descubrir que el aire

se pone más denso frente a tus labios

cuando respiras y una bocanada tuya

produce que se rompan en mitades perfectas

y se diluyan en un suspiro todas esas palabras

que no podemos decirnos.

jueves, 2 de febrero de 2006

La caja rosa. VII

Una vez instalados en el interior del vehículo y que éste empezó a andar inició lo que sería la conversación de despedida.

-¿Qué harás mañana? –preguntó Silvia-. ¿Regresarás al trabajo?

Oliver asintió.

-¿En verdad te agrada lo que haces? –lo cuestionó Silvia.

Oliver negó con la cabeza.

-La verdad es que sólo llegué hasta ahí siguiendo el rumbo lógico de las cosas –le contestó.

-Lógico y fácil –agregó ella.

-¿Qué me sugieres?

-Nunca es demasiado tarde para empezar –le dijo Silvia-. Puedes hacer algo que en verdad te guste, y hacerlo bien desde el principio.

Oliver rió. Silvia tenía el don de hacer que las cosas parecieran mucho más fáciles de lo que en verdad eran.

-¿Y qué debo hacer con todo esto? –preguntó Oliver- ¿Meterlo en una caja?

-Búrlate, si quieres –le contestó Silvia, arqueando una ceja-; pero podría funcionar.

-¿Y tú? –preguntó Oliver-. ¿En verdad te gusta lo que haces?

-Estoy bastante satisfecha –dijo ella-. Por ahora…

-Deberías abrir tu propio negocio –sugirió Oliver-. Puedes diseñar y vender cajas para guardar pensamientos.

-¿Y quién las comprará? –preguntó entre risas Silvia- ¿Tú?

-Búrlate, si quieres –contestó él-; pero tal vez lo haga.

Silvia miró con sus ojos el cielo pálido que precede al atardecer.

-Pensándolo bien, no es una mala idea.

Al poco tiempo regresaron al lugar donde Oliver había visto a Silvia por primera vez en aquel semáforo que ahora estaba en verde. Silvia vivía a una cuadra de ahí en un edificio de departamentos. Oliver la llevó hasta la entrada y detuvo el auto.

-Creo que aquí termina. Hemos llegado –dijo Silvia señalando el edificio y después se volvió hacia Oliver-. Muchas gracias por todo Oliver. Ha sido todo un gusto conocerte.

Oliver creía que debería ser él quien le agradeciera a ella por ese día. Hacía mucho tiempo que no tenía un día así, en el que sintiera la valentía de dejar a un lado la rutina por hacer algo diferente y en verdad disfrutar cada minuto.

-¿En qué piensas? –le preguntó Silvia.

Oliver despertó de su trance y miró a Silvia con ternura.

-En que ya es suficiente.

Silvia sonrió y entendió que hacía referencia a lo que ella había dicho horas antes. Le daba gusto ver el cambio que había surgido en él y pensar en que ella había tenido algo que ver en eso la hacía sentirse orgullosa de sí misma. Se miraron un gran rato y ella acarició la cara de Oliver mientras pensaba que no quería abrir la puerta del auto, pero tendría que hacerlo tarde o temprano. Afortunadamente, Oliver creó una nueva excusa para posponer ese momento cuando se acercó a ella para besarla.

Sus labios, glaseados de color rosa, estaban fríos; pero eran dulces, tal como él había pensado. Así quería sentirse por el resto de su vida. No tenía nada que ver con tener un buen trabajo o con encontrar el amor verdadero. Era algo más allá, más pequeño, aunque tal vez más grande. Acariciaba el cuello de Silvia y por un momento la sujetó de la nuca sin intenciones de dejarla ir; pero poco a poco la fue soltando. Acomodó el cabello de Silvia detrás de su oreja, lo cual en su opinión la hacía verse, si era posible, más hermosa.

Había un rasgo de melancolía en la mirada de Silvia cuando por fin se decidió a abrir la puerta del auto.

-¿Volveremos a vernos? –preguntó Oliver, que aunque sabía la respuesta a su pregunta, no se perdonaría quedarse callado.

-Creo que tienes que arreglar algunas cosas primero –le contestó Silvia.

Ambos sonrieron. Ella salió del auto y él la siguió con la mirada. No alcanzó a dar dos pasos cuando regresó y se asomó por la ventana del auto. Oliver bajó el vidrio y se inclinó hacia ella.

-Quiero darte algo –dijo Silvia extendiéndole la mano.

Oliver tomó la caja metálica que Silvia había comprado y la miró extrañado.

-¿Estás loca? –le preguntó-. Todo empezó porque necesitabas urgentemente comprar una caja. ¿Por qué ahora me la das?

-Ya no la necesito –le contestó ella-. Creo que podría servirte más a ti.

Oliver le agradeció el detalle.

-Aunque… -dijo Silvia- ¿Podría quedarme con la pimienta? Creo que se me ha acabado.

Ambos rieron y Oliver sacó el pequeño frasco de la pimienta del interior de la caja y se lo entregó a Silvia.

-¿No vas a meterme a mí también en la caja, verdad? –preguntó Silvia.

-No –le contestó Oliver-. A ti te guardaré en una cajita color rosa, como esta mañana.

-Me gusta ese color –dijo Silvia muy satisfecha.

-Lo sé.

-Adiós Oliver.

-Adiós Sisi.

Esa mañana no había ropa en la silla vieja. Oliver se levantó después de dormir tan sólo por tres horas. Había pasado toda la noche empacando sus pertenencias en cajas de cartón. Sólo tomó un café y se acomodó el cabello con un poco de agua. Traía puestos los mismos pantalones de mezclilla y camiseta azul del día anterior, pues era lo único que quedaba sin empacar.

Salió a la calle. Todavía no salía el sol. Si tenía suerte, alcanzaría a salir de la ciudad antes de quedar atrapado en el tráfico por al menos media hora más de lo que tenía planeado. Un día antes dejó su renuncia firmada en el escritorio de su jefe tal como éste se lo había pedido. La renta del mes ya había sido liquidada y los servicios cancelados.

Subió al auto. El asiento trasero y el maletero estaban repletos de cajas de cartón. Un camión de mudanzas pasaría más tarde a recoger las cajas más pesadas y los muebles que quedaron en la casa. Se acomodó en el asiento y se puso los lentes oscuros sobre la cabeza para no tardar en encontrarlos cuando saliera el sol.

Pudo salir de la ciudad sin complicaciones. La carretera estaba limpia y despejada. Prefirió conducir con la ventana abierta a encender el aire acondicionado. No le importaba despeinarse o ensuciarse con el polvo que levantaba el camino. Tomaría un baño cuando llegara. No solía escuchar música al conducir, mucho menos cantar; pero ahora lo hacía.

Sin descuidar la atención al frente, alcanzó con la mano una de las cajas en el asiento trasero y sacó una bolsa de plástico. Dentro estaban la caja marrón con borde dorado y una pequeña caja de madera pintada color de rosa. Oliver sonrió; pero no como acostumbraba sonreír. Estaba aprendiendo a esbozar una sonrisa optimista. Tomó la caja metálica y la observó por un momento; después la tiró por la ventana y se olvidó de ella.


FIN

miércoles, 1 de febrero de 2006

La caja rosa. VI

-¿Quieres sentarte un momento? –le preguntó Silvia, señalando con la vista una banca en la acera.

Juntos se sentaron y por un momento no dijeron nada.

-El problema es dejar las cosas inconclusas –dijo Silvia.

Oliver no sabía muy bien de qué estaba hablando; pero ella continuó antes de que él pudiera preguntarle.

-Cuando algo queda inconcluso; la mente trata de encontrarle un final –le explicó-. Por eso te pasas las noches despierto, pensando en todo lo que está mal, en lo vacía que es tu vida. Por eso te despiertas y no sabes qué hacer más que lo que dicta la rutina. Por eso no disfrutas las fiestas, ni la comida, ni la compañía de nadie, incluso la tuya.

-¿Cómo sabes eso? –preguntó Oliver.

-Porque no eres el único que se ha sentido así.

La idea de que no era el único no lo hacía sentir mejor en absoluto, pero la idea de que ella lo entendiera, sí. Con su dedo pulgar acariciaba el de ella y se preguntaba por que no todos los días pudieran ser como ese. Le amargaba la idea de que ella se iría y que él regresaría a la rutina y todo perdería sentido de nuevo. Tampoco tenía fuerzas para luchar porque ella se quedara porque sabría que no duraría. Nada duraba.

-Todos cometemos errores Oliver –le dijo ella-; pero si no los enfrentamos nunca podemos hacer las cosas bien. Los errores son para aprender de ellos y continuar con algo nuevo.

-¿Algo nuevo?

-Algo que te guste, algo que disfrutes. –explicó Silvia-; pero para eso necesitas dejar atrás tus dudas.

Silvia lo miraba fijamente; pero los ojos de él estaban perdidos en el cielo. Sus dedos seguían entrelazados; pero ella notó que los de él ya no estaban fríos como antes. De pronto, él se volvió hacia ella como queriendo encontrar respuestas a todas esas preguntas que se hacía.

-¿Cómo lo hiciste? –le preguntó- ¿Cómo metiste un pensamiento en una caja y no permitiste que saliera.

La mirada de Silvia se volvió triste y él sintió como apretaba su mano contra la suya.

-Decidí que ya era suficiente.

El viento empezó a soplar más fuerte y frío y notó que Silvia era sacudida por un escalofrío. No sabía si fue debido al viento o a las emociones que despertó en ella el recordar aquellos pensamientos que habían estado guardados mucho tiempo. Cualquiera que fuera el motivo, él no tuvo más que abrazarla y sentir cómo se iba calmando en sus brazos. Oliver se sintió bien de poder reconfortarla, se sintió fuerte y útil para algo más que para encontrar errores en la contabilidad de alguna empresa desconocida.

Cuando se separaron, él le quitó los cabellos de la cara y levantó su barbilla con la mano.

-Creo que aún tienes una caja que buscar –le dijo él, sonriendo.

-Sí, es verdad –dijo ella y soltó una pequeña risa.

Se levantaron de la banca y continuaron caminando hacia el poniente. Platicaban como si se conocieran desde años atrás. Entre risas y bromas se acercaban y alejaban constantemente el uno del otro. Oliver no volvió a intimidarse ante el contacto físico con ella, e incluso no titubeaba en tomarla de la cintura y atraerla hacia él. Encontró la mirada de una mujer extraña que parecía decir que eran el par de locos enamorados más adorable que había visto y le gustó.

De pronto, Silvia se detuvo en seco y le brillaron los ojos al ver una pequeña caja metálica marrón con borde dorado que se exhibía en un aparador.

-¿Ésa es? –preguntó Oliver.

Ella asintió con la cabeza y lo jaló al interior de la tienda. Un hombre muy formal estaba a cargo e inmediatamente se dirigió a ellos para atenderlos. Iba a presentarse y a preguntarles si podía mostrarles algo, cuando Silvia lo interrumpió.

-Quiero esa caja –dijo señalándola con el dedo.

El hombre se dirigió al aparador, tomó la caja y regresó con ella al mostrador para enseñársela a Silvia.

-Éste es un especiero en miniatura –dijo el hombre-, contiene nueve pequeños frascos con diferentes especias. Aquí está la pimienta, comino, laurel…

Ella impidió que el hombre siguiera con la demostración y sacó todos los frascos del interior de la caja. La tomó en sus manos y la vio por todo ángulo. Después, miró a Oliver, muy satisfecha.

-Es perfecta –dijo, y después se volvió hacia el encargado-. Quiero comprarla.

El encargado estaba un poco confundido y trató de explicarle una vez más a Silvia que aquella no era una caja sino un especiero en miniatura y le mostraba todos los pequeños frascos con sus etiquetas. Como todo buen vendedor, encontraba las palabras precisas para describir cada cosa y resaltar su gran valor, y todo lo hacía mientras con cuidadosos movimientos de su mano izquierda procuraba que ningún cabello en su cabeza estuviera fuera de su lugar.

Silvia, tratando de ser todavía amable, manifestaba una y otra vez al encargado que no necesitaba un especiero, sólo la caja. Era claro que el encargado no entendería jamás, y Oliver hizo señas a Silvia de que le siguiera la corriente y comprara el especiero, con frascos y todo, después de todo, ya estaban incluidos en el precio. Silvia suspiró, dándose por vencida, y por fin accedió a comprar el especiero. Todavía le tomó un momento más al hombre empacar el especiero, meterlo en una bolsa y cobrar. Oliver insistió en pagar, pero Silvia no lo dejó.

-Creo que ya te he molestado suficiente el día de hoy –le dijo.

Oliver sonrió tratando de decirle que no era verdad. Ese día había sido por mucho, el más interesante en su vida desde hacía mucho tiempo. Salieron de la tienda muy contentos con la bolsa en mano e instintivamente caminaron en dirección opuesta al auto. Al pasar frente a un restaurante de comida china Oliver la invitó a comer. Silvia aceptó.

Se sentaron en una mesa con vista a la calle y se reían al recordar al encargado de la tienda.

-No puedo creer que le cueste tanto trabajo reconocer que sólo necesito una caja y no un especiero –decía Silvia-. Si le hubiera dicho que la quería para guardar un pensamiento seguramente habría llamado al manicomio.

Oliver rió y recordó cómo hacía unas cuantas horas él mismo había considerado que Silvia estaba demente. Ahora le parecía tan normal verla levantar las manos y las cejas para acompañar cada palabra que hasta temía haber enloquecido también. Verla a ella era ver todo lo que le faltaba. No le faltaba una mujer, le faltaba una razón para vivir. Se daba cuenta que aquello que le había faltado todo este tiempo hacía la diferencia para que dos personas tan parecidas como Silvia y Oliver fueran tan diferentes.

Estar con ella creaba la ilusión de que todo estaba bien, de que su vida estaba completa. Pero Silvia no le pertenecía. Para completar su vida necesitaba arreglar lo que en verdad era suyo: esa masa de pensamientos ambulantes y sin orden que día tras día y noche tras noche lo perseguían.

-Me hubiera gustado conocerte en otras circunstancias Silvia –le dijo Oliver-. Mi vida es un desastre en estos momentos. Me hubiera gustado conocerte con todo mi ser, no sólo con lo que queda de él.

-Yo creo que nos conocimos en el momento perfecto –le contestó ella-. Necesitaba algo más que un ride al centro esta mañana; necesitaba un amigo. Te necesitaba justo a ti.

Oliver la miró por un largo momento y deslizó sus manos sobre la mesa para tomar las de ella.

- Creo que tienes razón –le dijo-. El momento perfecto.

Después de salir del restaurante siguieron caminando por las calles antes de decidir regresar al auto, incluso se detuvieron en una plaza a tomar café con pan dulce. El camino hasta el auto pareció ser más corto de lo que ambos esperaban. Incluso sintieron algo de tristeza al darse cuenta que el día estaría a punto de terminar.

martes, 31 de enero de 2006

La caja rosa. V

No, buscar una caja no sonaba estúpido; pero…¿buscar una caja para guardar los pensamientos? Eso sí parecía estúpido, sin embargo no quería herir sus sentimientos.

-No veo cómo se puedan guardar los pensamientos en una caja. No hay forma de materializarlos –repuso Oliver.

-No, no se materializan –dijo ella-; pero sí que pueden guardarse. Algunas personas compran diarios para escribirlos. Yo compro cajas para guardarlos.

Oliver no sabía qué pensar de aquella idea. Parecía una locura; pero lo puso a pensar. Él no hacía nada con sus pensamientos. Por lo general sólo pensaba en ellos durante un momento para después descartarlos. Sus pensamientos no eran de ninguna forma productivos, consistían en su mayoría en despreciar su vida y añorar algo faltante. Tal vez esa realidad podría ser más patética que la de Silvia. Al menos ella sabía qué hacer con sus pensamientos: los guardaba en cajas. Si por un momento los pensamientos se materializaran, los de ella estarían todos en cajitas mientras los de él estarían perdidos por toda la ciudad, encerrados en la cajuela y enterrados en su almohada. ¿Quién era él para juzgarla?

-¿Y por qué la urgencia de guardar un pensamiento? –le preguntó él, interesado.

Ella se sorprendió que él no la creyera una demente o que al menos le siguiera el juego. Sintió confianza en contestar.

-Acabo de terminar con mi novio –confesó-. Sin embargo, su recuerdo está siempre conmigo, y me hace miserable. No puedo concentrarme en el trabajo, no pongo atención por dónde camino, me la paso sentada en el sofá de mi casa pensando que él está al lado mío, incluso olvidé llevar el auto a reparar. Tengo que guardar los pensamientos que tienen que ver con él. Tengo que seguir adelante.

Su explicación era tan sencilla que tenía sentido. A la gente le costaba trabajo seguir adelante porque seguía pensando en el pasado. Aunque Oliver no acababa de entender bien cómo meter los pensamientos en una caja podría ayudar a seguir adelante. En ese momento, Oliver vio el gran edificio gris al que acudía cada día a trabajar. Empezaba a sentirse curioso por Silvia y su búsqueda de una caja; sin embargo tenía que trabajar. Cada quien debía seguir su camino. Aquello no era una amistad sino un favor que le había hecho a una desconocida.

-Silvia, ha sido agradable conocerte y te deseo suerte buscando tu caja –dijo Oliver muy formal-. He llegado a la oficina, así que me temo que es lo más lejos que puedo llevarte.

-Es perfecto –dijo ella agradecida-. Caminaré desde aquí, nunca se sabe dónde puedo encontrar lo que busco.

Silvia sacó sus lentes de sol de la bolsa y se los puso mientras Oliver orillaba el auto para que ella bajara. Se desabrochó el cinturón de seguridad y abrió la puerta al momento que volteó hacia Oliver.

-Gracias, Oliver. Que tengas un buen día en el trabajo.

-Nunca son buenos, pero gracias –le contestó él.

Ella salió del auto y cerró la puerta. Sabía que no volvería a verla. Era la primera vez en años que sentía que en realidad se había conectado con alguien y ahora ella salía de su auto y él iría al trabajo, a decirles a los demás qué estaba bien y qué estaba mal sin saber todavía qué faltaba en su vida. Volvió la sonrisa pesimista, al saber que nada bueno pasaría de ahora en adelante. Justo cuando se disponía a arrancar, creyó tener un dejá vu. Silvia estaba ahí, saludándole de nuevo. Oliver bajó la ventana.

-Estaba pensando –le dijo ella-, ¿quisieras acompañarme a buscar la caja?

Oliver no sabía qué contestar. Hace unos instantes había pensado que no volvería a ver a Silvia en su vida, y ahí estaba ella, invitándolo a acompañarla.

-Tengo que ir a trabajar –le contestó.

-¡Vamos! –le dijo ella insistente-. ¿Vas a decirme que eres indispensable en tu trabajo? ¿Qué si no vas tú nadie sabrá que hacer y todo será un desastre?

No, probablemente no. Nunca había faltado al trabajo, lo que lo hacía pensar que era de alguna forma importante para la compañía; pero ahora que lo pensaba, nadie era importante ahí. El presidente de la compañía ni siquiera los conocía. Si alguien fallaba, lo despedían, así de simple, sin importar que nunca hubiera faltado. A lo sumo, cuando llegara a la oficina al día siguiente, lo esperarían más papeles que de costumbre en el escritorio. Tal vez ésa era la oportunidad que estaba esperando. Tal vez haciendo algo diferente, buscando en otros sitios, encontraría lo que le faltaba. Se sintió como un estudiante escapándose de clases, emocionado de hacer algo que se supone no es debido.

-Voy a estacionar el auto a la vuelta de la esquina.

Arrancó y creyó ver a Silvia dando un pequeño brinco de alegría. Dejó el auto estacionado a escasas cuadras de la oficina. No le preocupó siquiera que alguien del trabajo lo viera encontrarse con una pelirroja mientras se suponía debía estar trabajando. Ella lo alcanzó enseguida.

-¿Tienes idea de por dónde empezar a buscar? –preguntó Oliver.

Silvia negó con la cabeza.

-Parte del encanto es mirar hacia todas partes –le dijo-. A veces, volteamos a donde jamás lo haríamos, y encontramos cosas que no esperamos ver.

Oliver sonrió incrédulo ante esta declaración; pero queriendo tratar de creerla también. De pronto regresó a la idea de que estaban vestidos con los mismos colores. Esta vez no le importaba lo que pensara la gente. Incluso la idea de que pudieran creer que eran una pareja le causó un secreto entusiasmo. Nunca había sido bueno en las relaciones amorosas, así que el que lo vieran caminando con una mujer, vestidos con atuendos que hacen juego, como si fueran la pareja ideal lo hacía sentirse realizado y satisfecho. Sabía que era una ilusión; pero el que los demás pudieran pensarlo lo hizo sentirse menos mal consigo mismo.

Silvia platicaba haciendo muchos aspavientos. Contaba de cómo había encontrado anteriormente cajas para sus pensamientos. Para otro ex novio, por ejemplo, a quien le gustaban los autos, había encontrado en la basura una caja vieja de batería para auto. Sacó la batería y guardó los pensamientos del ex novio en la caja. También tenía una caja para la vergüenza. Ahí había guardado el pensamiento de que todos en el trabajo habían visto aquel agujero en su pantalón que ella descubrió hasta llegar a casa en la noche.

-Y las cajas –se preparó a preguntar Oliver, ya intrigado con la conversación-, ¿deben ser de cierta forma o color específico?

-Depende –le contestó ella.

-¿De qué?

-Si es un pensamiento que quiero olvidar o recordar –dijo ella muy seria.

Aunque quería entenderla, no podía. Silvia era tan distinta a él y a todas las personas que conocía que le costaba trabajo pensar que era real. Tal vez en su decepción de la vida la había inventado para entretenerse. Si otra persona le hubiera contado que guardaba sus pensamientos en cajas, la hubiera creído loca. A Silvia no la consideraba una loca; al contrario, cada palabra que salía de su boca estaba llena de un significado y sentido al que el jamás había siquiera aspirado en su vida.

El viento parecía soplar más fuerte entre los edificios. Sacudía el cabello de Silvia como si éste quisiera seguir los ademanes de sus manos. Sus ojos de nuevo se veían rojizos. Habían caminado unas cuantas cuadras hacia el poniente sin visitar ninguna tienda ni detenerse en alguna parte.

-¿Qué tipo de pensamientos vale la pena recordar? –preguntó Oliver.

-Muchos –contestó Silvia-. A menudo tienen que ver con mi familia. Como el cumpleaños de mamá. Tengo que ponerlo en una caja especial, de la que lo pueda sacar con facilidad para acordarme de llamarla.

Oliver escuchaba sin decir nada, pero saboreando cada palabra.

-Hay muchos pensamientos más que vale la pena recordar –continuó ella-. Los amigos, los buenos momentos, las cosas que uno ha hecho bien. A veces siento que mi vida carece de sentido y es entonces cuando tengo que recordar algo bueno.

La atención de Oliver se despertó al escuchar aquello. Constantemente creía que su vida carecía de sentido, mas nunca encontraba algo bueno en qué pensar. Comúnmente seguía ahogándose en el absurdo hasta que terminaba dormido o medio ebrio y sólo esperaba que amaneciera para volver a tener algo qué hacer, fuera lo que fuera.

-¿Algo bueno? – preguntó Oliver pensando en voz alta-. Es tan difícil pensar en algo bueno cuando hay tantas cosas malas.

-Por supuesto que es difícil –le contestó-. Es por eso que siempre trato de deshacerme de esos pensamientos. Hay cosas que no ayudan en nada, sólo son un estorbo, es por eso que las encierro en algún lugar donde no puedan regresar.

Ella entendía a Oliver pues muchas veces se había sentido así. Con su mano, intentó tocar la de él, pero la detuvo el temor de que aquel gesto pudiera ser demasiado personal, así que sólo tomó su muñeca. Oliver se estremeció un poco y Silvia pensó que había sido buena idea no tocar su mano. Él no estaba acostumbrado a que los demás lo tocaran; pero no le molestaba que ella lo hiciera. Por un momento, se sintió aliviado de descartar la idea de que Silvia no fuera real. No sabía bien como reaccionar ante ella y eso lo ponía notablemente nervioso.

Silvia parecía muy apenada y retiró la mano, desviando la vista y tratando de retomar la conversación. Mientras pensaba en una forma rápida de regresar a la conversación, unos dedos fríos impidieron que su mano izquierda entrara en el bolsillo de su saco. Oliver, en un momento impulsivo y tan sorpresivo para él como para ella, había entrelazado sus dedos con los de Silvia y dirigía su brazo más hacia su cuerpo. Silvia se quedó atónita un momento, y después volteó a verlo y le sonrió.

domingo, 29 de enero de 2006

La caja rosa. IV

No se sentía cómodo de llamar Sisi a una mujer que acababa de conocer. No se sentía incluso bien de llamarla Silvia. Prefería no llamarla de ninguna forma.

-¿En qué trabajas, Oliver? –preguntó.

En ese momento se arrepintió de haber subido aquella mujer parlanchina a su auto. No quería contarle nada de su vida. Hasta consideró darle un nombre falso cuando se lo preguntó. No veía cómo ayudarla podía brindarle satisfacción a su vida si hasta ahora el viaje al trabajo había sido un tormento. De lo que menos quería hablar era de su vida rota y sin sentido. Ya suficiente era con levantarse todos los días a trabajar y conducir hasta la oficina como para seguir hablando de eso en lo que debería ser su momento de reflexión, de soledad. Recordar la mirada de la mujer que cruzaba la calle fue lo único que impidió que no detuviera el auto y decirle a Silvia que era lo más lejos que podía llevarla. Nunca le había importado lo que los demás pensaran y sin embargo, ahora todas las miradas parecían puñales clavados en su espalda.

-Soy auditor –contestó a secas-. Trabajo para una compañía que hace auditoría externa.

-Ah, vaya –dijo Silvia con cierto descontento.

-¿Qué pasa? – preguntó él, para su sorpresa, con cierta picardía-. ¿Eres del tipo de las personas que juzgan a la gente por su trabajo?

Ella sonrió. Por un momento sintió que la barrera entre ellos se había venido abajo, lo que le permitió expresarse con toda franqueza y desenvoltura.

-No –dijo ella, girando los ojos hacia arriba-. No tengo razones para creer que eres un tipo aburrido que se encarga de señalar los errores de todos y es incapaz de ver los propios.

Oliver borró la fugaz sonrisa de su rostro. Ella de inmediato sintió que había ido demasiado lejos con el comentario y que la barrera había vuelto a erguirse aún más alta que antes. Curiosamente, Oliver no estaba enojado. Silvia tenía razón. Era un tipo aburrido al que le pagaban por buscar errores cuando ni él mismo sabía qué estaba mal en su vida, o peor aún, qué estaba bien. Tanta sinceridad visiblemente lo alteró. Una desconocida había venido a hacerle ver sus verdades. Qué ironía.

-Lo siento –se disculpó ella muy apenada-. No debí haber dicho eso. No lo pienso, de verdad.

Verla tan preocupada le provocó risa a Oliver y por primera vez en el viaje, sintió simpatía hacia ella.

-No te preocupes –le dijo sonriendo-. Puede que tengas algo de razón. Me temo que ahora tendrás que decirme a qué te dedicas tú.

Ella lo miró aliviada. Pensó que Oliver era de los que no sonreían; pero ahora veía que las sonrisas le quedaban bastante bien. Todos coincidirían en que Oliver era un hombre apuesto una vez que les preguntaran; sin embargo, pocas personas realmente lo creerían sin haberlo meditado, tal como ahora lo creía Silvia.

-Soy diseñadora –dijo ella-. Diseño muebles y accesorios de decoración.

Oliver quería gastarle una broma y decir algún comentario negativo sobre los diseñadores; sin embargo, no se le ocurrió ninguno. No conocía ningún diseñador. Habría sido más fácil si hubiera sido contadora, o vendedora, o abogada.

-Si piensas que estamos todos locos de tanto inhalar resina, solventes y demás químicos –se le adelantó ella-, probablemente tengas razón.

Ni siquiera sabía que los diseñadores usaban todo eso. No se los imaginaba más que dibujando con lápices de colores; pero agradeció el comentario que dejó las cosas parejas entre ellos. Ya no tenía miedo de hablar con ella. Le hubiera agradecido que le hiciera más preguntas sobre su vida. De cierta forma, hablarle a alguien más y burlarse de las situaciones ayudaba. No estaba habituado a tener compañía, incluso prefería no tenerla; pero ahora, se percató que incluso estaba sonriendo mientras conducía, y no tan pesimista como antes.

Silvia movía los cabellos rojos con sus manos que corrían a tapar su boca que reía. Si nunca hubiera ido a tocar la ventana de su auto no la habría visto parada en la calle. Era del tipo de personas que jamás se notarían en una multitud y no obstante, después de intercambiar unas palabras con ella, era imposible de olvidar.

-Dime Silvia ¿qué es ese asunto tan urgente que tienes en el centro de la ciudad?

Ella dudó en contestar. Pensó en decir alguna mentira; pero finalmente se animó a decir la verdad.

-Estoy buscando una caja –contestó.

-¿Una caja? –preguntó Oliver, pensando que había escuchado mal-. ¿Tu asunto urgente es buscar una caja?

En aquel momento pensó en que la teoría de la resina y los solventes tal vez era verdad.

-Sé que suena estúpido –dijo ella- pero no lo es. Es muy importante para mí. Necesito una caja para guardar mis pensamientos.