miércoles, 7 de enero de 2004

El exilio de una lágrima.

El miedo acecha, el dolor es ignorado y la poesía no ha vuelto a tocar mi voz. La pasión se agrieta, se escapó el canario que caga cenizas de las cuales nunca nacerá otro fénix. La conciencia ihnerte al malestar eterno sobrepasa fácil ese frío oscuro del valiente joven que salió del campo quemado por ti, cuyos frutos arden todavía en la noche. El profundo abismo en el que he caído tiene un sólo sol que oscurece el fondo y me ilumina a mí; y en los callados pasos de mi hereje búsqueda por paredes tristes hay un cielo llorando por haber perdido una nube más. Es contar difícil una historia más sobre un mundo bueno, noble y real que al dormir espere hasta ese momento en que otra vez puedas por fin despertar.

Resaca

Siento frío, siento un gran pesar:
un vacío que me va a matar.
Imaginaba cómo pudo ser,
me preguntaba ¿cómo diablos fue?.
Si recuerdo empiezo a llorar,
quiero estar muerto y poder olvidar.
He pensado en volver a empezar
en otro lado, en otro lugar,
pero la huída no me sanará,
pues esta herida parece fatal.

AMOR PERDIDO.

Hoy que vi tu cara (en mi mente como siempre)
fantaseé con que llegara el momento de tenerte.
Si la lluvia no mojara no tendría ningún sentido
buscar otra vez tu cara en las gotas de este vidrio.
En la noche del naufragio la pasión no se percibe
el amor no tiene caso: el náufrago ya no vive.
¿Es la muerte una parada? ¿sólo una transición?
¿o al morir no existe nada porque todo se perdió?:
tu sonrisa, tu mirada, tu pelo y mi corazón:
todo eso que le daba una vida a este amor...

[Este amor está perdido, ya no tiene a dónde ir,
naufraga el mar Olvido, busca el puerto No Volver...]

Estos dos últimos versos no me gustaron, pero los dejé porque cuando escribí este poema escribí también esos versos, pero después como que no me gustó como quedaron, aunque todavía pueden explicar un poco, más chafón claro, lo que estaba pensando en ese momento.