viernes, 30 de abril de 2004

Chin...

Había escrito un post bien chilo (jaja) pero se me fue el internet y no se alcanzó a subir al servidor y me da hueva volverlo a escribir otra vez de nuevo desde el principio. Ahi luego escribo pindejadas.

lunes, 26 de abril de 2004

Mojada gratis.

Putísima madreeeee, no tuve mi clase de óptica. Lo que más me caga es levantarme a las pinchis 11 con toda la hueva del mundo, día lluvioso (de la lloviznita chingaquedito y mojapoquitou), un aigre frescou y todas las condiciones favorables para echar la hueva. Ni mandado a hacer el pinchi día sale más propicio pa huevonear.

Me levanto con tiempo, no me baño (no es mi semana), me arreglo, me pongo mis papos, me disque peino levesón (nomás pa dar el gatazo, pa fingir regaderazo), me perjumo me perjumo y me vuelvo a perjumar, si he de salir arregladito como la gente pos que se haga con todo el kit. Salgo y la pinchi lluvia me ve venir y le echa un poquito de ganas al asunto. Llego a la escul y todo un pinchi pedo pa estacionarme. Al fin una vieja se le ocurre salir. Del estacionamiento de los pobres a la entrada está larga la mojada, y como mi paraguas no combina con mi outfit pos me awanto la empapada. Llego al pinchi edificio, un chingo de huevones esperando el elevator terminator. Le saco, no vaya a hacer de las suyas conmigo de nuevou. Prefiero escaleras, stairway to semen. Subí. Después de tomar aigre pensé: "No mames, tengo que tomar aire". Y después de volver a tomar aigre volví a pensar: "¿Será éste, el pinchi salón?". No se veía ninguno de mis ilustres compañeros, ni siquiera los que me cagaban y que siempre llegaban tempra. En el salón tenían examen. Los pindejous no acababan de acabar y la raza no se presentaba. Algo me olía mal y noo era la combinación axe-sudor-axe-mojada-sobaco la que me preocupaba. Entré al putou salón. Por inercia (o por lo que sea) chequé mi mail. Y ahí estaba: la última gracia de mi pinchi profe de óitica: un mail a las 9 de la mañana diciendo: "Jóvenes (chinga tu madreee), creo que no se me va a ser posible llegar a la clase..." fue todo lo que awanté leer antes de descargar mi furia sacándome un escurridizo moco del tamaño de un tapón de pluma (los medí...). Solamente había otra compañera que compartía mi cara de idiota por la inavisación del aviso (...). En ese momento no sabía qué hacer. En una pinchi hora realmente no se hace nada: no puedes regresarte al cantón, no puedes hacer tarea (aparte no tengo) y esperar parece como una pérdida de tiempo. Así que opté por la tercera opción, con la modalidad rollo-blog, que consiste en contar una pendejada, escribirla y después push the red button called POST. Pos aquí me tienen, tan tempra y ya con tantas aventuras en el día (uy si... taaantas...) y pos pensé en divertir a mi teleauditorio (porque DEBE haber uno...) con estas pindejadas de clase mundial.

Pos ahi estufas, mi mente en 30 minutos, ya es hora de correr al otro lado de mi campus (jaja...) pa alcanzar mi otra clase. Sólo falta que a mi maistra se le hinchen sus huevos catalanes y no quiera ir a la clase. Exceso innecesario de agresividad, lo sé, pero orita ando de agresivo-pasivo, si alguien me pregunta algou lo wa mandar a la revértebra. Varios pindejous empiezan a llenar el salón, una forma muy sutil y desagradable de correrme. No importa, cacto el mensaje. (Pinchis putous culeros). Bueno, la última pindejada del momento: si tienen lavadora, pos ahi la-vemos...

¿Así cómo pues?

Crecí donde no había verdades, sólo mentiras mal contadas. Donde las afirmaciones no son ciertas, sólo las acciones. Donde decir algo significa muy poco y hay que saber cuando significa algo. Así me enteré del mundo en que vivía, de unos seres llamados adultos y de cómo se comportaban.

Donde yo vivía las cosas no eran realmente como se decía que eran. Tuve que obviar las palabras y buscar el verdadero significado de las frases. Supe que la gente decía una cosa cuando realmente querían decir otra. En la tele por ejemplo, siempre decían que un programa empezaba a una hora, sin embargo, en realidad empezaba una hora más tarde. Ya ni siquiera era cosa para asombrarse o comentarla durante la cena, era solamente algo que se sabía y se aceptaba sin intentar cambiarlo de alguna forma. Siempre había mentiras mal contadas, que eran verdades en algún modo. Mi madre siempre me decía que si me tragaba el chicle se me pegarían las tripas. Un día lo hice y nada pasó. Así que lo seguí haciendo. Me gustaba como se sentía cuando pasaba por mi garganta, pero más me gustaba que mis tripas no se pegaran. También descubrí que "El Viejo" o "El Cucuy" sólo se lleva a los niños en ocasiones muy especiales, cuando ya tienen muy mala suerte. Pude, después de mucho tratar, entender la intención detrás de la burla familiar. Que cuando te llamaban "feo" con una sonrisa era porque te querían, estuvieras como estuvieras. Que los golpes en juego son lo mismo que los te quieros .

Un solemne día me prometí a mí mismo que no volvería a mentir. En ese momento realmente pensaba cumplir cabalmente mi promesa y por algún tiempo lo hice. Sin embargo, entonces no sabía que no mentir no implicaba decir la verdad. Puesto que no hay mejor manera de mentir que decir la verdad tan cruda, muchas veces creyeron que estaba mintiendo cuando en realidad les hablaba sinceramente. Así que mentí diciendo la verdad, pero nunca dije la verdad porque en realidad (para ellos) estaba mintiendo.

viernes, 23 de abril de 2004

chingadooooooooo

ya no quiero seguir estudiandouuuu!!!!!!!... quiero dormirrrr! (más!...) quiero echar la huevaaaa una última vez antes de los putous finalesssss!!!.... ya no quiero ser nerdooooou!! (alguna vez lo fui?...), que estudien los burros!! que trabajen los pindejous! y que batallen los mediocress!, yo solo quiero ser chingon!! un bad ass madafaka!!

jueves, 22 de abril de 2004

pINCHIS sUEÑOS pIRATAS

Estoy tratando de entrar pero me han cerrado la puerta. Se dieron cuenta de mi intromisión y ahora vienen tras de mí. En eso descubro una rendija en la parte baja de la puerta. Calculo que es muy chica para caber pero de todas formas intento meterme por ahí. Paso al otro lado con un poco de dificultad antes de que me alcancen. Las luces están apagadas porque ya empezó la película. Necesito un lugar para esconderme de mis perseguidores así que finjo sentarme en el aire al lado de la última butaca de la fila. Los guardias del cine con uniformes estúpidos de cachuchas ridículas pasan sigilosamente a mi lado sin notarme, tratando de no molestar al público. Por el momento, he tenido suerte. Termino de ver la película y es como si no la hubiera visto. Al encender las luces el cine está solo, por lo que los guardias me ubican rápidamente. Corro a la salida de emergencia. Abro con violencia las dos puertas. Afuera es de día, mucho sol, tanto que quema, me quito la camisa y siento la calle y su tierra y sus piedras en mis pies descalzos. Doblo la esquina corriendo, buscando un lugar para esconderme. ¿Por qué me persiguen?. No sé. En verdad no lo sé. Sólo sé que es a mí a quien persiguen. Encuentro unos niños jugando fut descalzos en las piedras de la calle, como jugaba yo cuando era niño. Me pongo a jugar con ellos. Me aceptan como si ya me conocieran. Mi amigo y yo jugamos con ellos. Nos divertimos por largo tiempo. Después vemos que los guardias regresan. Vienen caminando por la calle como desanimados. Están mirando unos papeles y después alrededor como buscando algo (o alguien). Pasan a nuestro lado mientras nosotros fingimos jugar fut. Entonces le pregunto a mi amigo porqué nos perseguían. Me contesta que ha sido Enrique, un viejo amigo de mi madre, el que les dio la información de que unos muchachos se metieron en las oficinas del cine. Entonces, le digo: ¡eso no prueba nada!: eso no indica que hayamos sido nosotros. En ese momento me tanquilizo. Se acaba el delirio. Y empiezo a caminar por la calle dejando a los niños atrás, vestido, como si nada hubiera pasado.

martes, 20 de abril de 2004

dEmon

Me estoy muriendo de ganas por vivir
y estoy sintiendo que el aire se va a ir.

Voy subiendo hasta el cielo
estoy bebiéndome el mar.

El diablo ardiendo se ha burlado de mí
en este infierno de sombras de rubí.
Ahora entiendo de la muerte el frenesí.

Voy subiendo hasta el cielo
estoy bebiéndome el mar...

lunes, 19 de abril de 2004

Elevator Terminator.

Mis posts se han vuelto de lo más ordinarios. No es que antes fueran la octava maravilla, pero al menos decía algo que necesitaba sacar. Ahora se ha vuelto casi casi costumbre, una madre que tengo que hacer cada cierto tiempo.

En mi pinchi primera clase no vino el pinchi profe y me tuve que levantar de oquis, en la madrugada de las 10 de la mañana. Iba en el pinchi elevador pa llegar a mi clase y toda la raza se baja en el quinto piso, como siempre hay alguien que va al sexto (como yogurt) no me preocupé por picarle al 6. Pos cuando se bajaron todos resulta que nadie le había picado (porque nadie iba, excepto el pendejo de yogurt) y que el putou elevador se empieza a retachar pa abajo, no mames!!!, párenlo!!, le piqué al 4 a ver si se paraba pero le valió madre y le siguió. Le piqué desesperadamente al 3 a ver si alcanzaba a detenerse en el tercer piso y naranjas; el elevador se burló de mí y me mandó a la vértebra siguiéndose de largo en su caída endemoníada. Como un último recurso, presioné frenéticamente el 2 para detener a la máquina infernal en el segundo piso... no funcionó. Llegué al primer piso donde todos estaban esperando, esperando que saliera. No es normal que un pindejou llegue al primer piso y se devuelva otra vez de nuevo pa arribeiro. Por lo que tuve que hacer un ademán estúpido de "súbanse...". Se subieron. El elevador lleno. Hasta su madre (sí, la de usted). Le picaron al 5. Cuando el elevador se paró en el 2 alguien preguntó: "¿quién va al dos?", yo hice una risa burlona, como diciendo: "qué pendejo el que le haya picado...". "No mames le picaron a todos los pisos!" dijo otra vieja. Yo me hice el pindejou (al cabo no sé cómo...) y no dije nada pero el caso es que el pinchi elevador estaba poseído y se detuvo en todos los pinchis pisos hasta llegar al sexto. Ahí caminé a mi salón sólo para enterarme de que el pinchi profe no había ido a la clase anterior, por consecuente, ni de pedo iba a llegar pa nuestra clase. Sentí que me hervía el buche y recordé esos tristes momentos en mi cama en los que resignadamente afrontaba mi destino de separarme de mi lecho para partir a mi recinto de enseñanza. Me cagó. Total que nos fuimos toda la banda óptica de retache, cada quien por su laredo después de salir del eleveiror, el cual desistió esta vez de jugarnos una artimaña tan propia de él.

Caminé hasta el otro lado de la escuela sorteando viejas buenas y pindejous, para llegar con mucho tiempo de anticipación a mi clase de Lite. Saqué mi compu y me puse a escribir como pa perder el tiempo pensando que realmente no tenía nada interesante que escribir, cuando me vino a la mente el incidente con el elevador poseído, al que todavía pienso le hace falta un exorcismo...


sábado, 17 de abril de 2004

El perro con suerte...


Pos ya ven, ayer que me andaba quejando con el putero de tarea que tenía (dos...) y ahora no sé si enojarme o cagarme de la risa...

Resulta que logré terminar a duras penas mi presenteichon, con mis ojeras y todo, y lo peor es que no fue porque estuviera bien perra o porque la haya querido hacer superchingona con florecitas animadas o alguacil, sino que fue porque no podía ponerme a hacer eso. Cualquier detalle pindejou captado por mis sentidos era lo suficientemente fuerte como para arrancarme de mi tarea. Triste pero cierto. Bueno, después de que teníamos nuestra superpresentación en PP, después de que me levanté casi a la madrugada de las 8 de la mañana pa seguir con esa madre, después de ese increíble sacrificio al que no puse un solo reparo en realizar, después... me salen con que no vamos a exponer sino hasta el lunes!!!!!!!!!, aaaaaaaaaaarrrghhh, chingadisisima madreeee.... pero bueno, mantengamos la calma, todo esto fue por mi bien. Si, eso es. De no haberlo hecho ayer el domingo estariamos desvelándonos tratando de terminarlo, yo me conozco un poquito como pa anticipar eso. Así que ta bien, no hay pedo, no me awito, así le avanzo a la tarea.

Después, me encuentro a mi ilustre compañero de equipo del labo de electrónica y resulta que yo no tengo los suficientes datos para realizar el reporte de nuestra práctica, pero (convenientemente) él sí. Así que se ofreció a hacer el reporte ante mi tímida resistencia. Sólo tuve que copiar un puto pre-reporte culero... me cagan me cgganf menegfgacan...

Bueno, eso fue el incidente con las tareas. Algo realmente trágico, sin embargo, hay que mantener el ánimo muy en alto. Ahora era el limite para un concurso de cuento. Creo que está de más mencionar que no entré. Tengo rato queriendo entrar en eso, de hecho es uno de mis disque propósitos de año nuevo, abajo del de "conseguir vieja" (apoco no se lo imaginaban...). Tengo un cuento que según yo está quedando bien chilo, pero pos no lo he terminado porque como que creo que no me va a quedar tan chilo como lo tengo pensado. Un fenómeno recurrente en la mayoría de las cosas buenas que se me ocurren hacer: en mi mente están bien chingonas, pero tengo miedo de llevarlas a cabo y que no sean tan chingonas como las había imaginado, creo que no soportaría la decepción. Sin embargo, he llegado a la conclusión de que soy capaz de hacer todo lo que me proponga, y no quiero sonar trillado, es en serio!!!, jaja, es la neta del planeta hueeee, se los prometo (no se los juro)...

Chiale... creo que si tuviera auditorio ya lo perdí con este post tan culero e insípido, tan vale verga pues, espero que el Respetable no se ofenda con las pindejadas de estas líneas. Ya vendrán tiempos mejores...

viernes, 16 de abril de 2004

¡¡¡¡ Tengo un chingo de tarea !!!!

No mames, tengo un chingo de tarea: esa pinchi exposición de literatura que ya me está empezando a hartar y unos pinchis reportes y prerreportes de electrónica que me cagan me cagan me cagan meacagac mebacxgaabnsaacd....

Pos sigo escribiendo, tomo esto como un minibreak, pa tirar hueva un rato, agarrar aire y ponerme a seguir inventando pendejadas que poner en mi presentación. Está todo así como que bien apresurado, esta madre (las tareas) me las dejaron desde antes de salir a las putas vacacioncillas instantáneas y apenas hasta ahorita estoy empezando a hacer el trabajillo, que se supone es el que más valor tiene en el semestre pa la maistra. Pos si cómo no!!, si es de Cien Años de Soledad, la neta la pinchi novela está bien chingona, está curada, original, dinámica, vasta, épica, dramática, sarcástica, exagerada, coloquial, extraña, interesante, imponente... todo eso, revuelto con un chingo de cosas más. Resumido en tres palabras: está bien chila!. Pero el pedo es que son un chingo de cosas a considerar y pos también está el pedo de que no tiene índice, ni siquiera está dividida en capítulos y los personajes son casi infinitos y con los dos pinchis únicos nombres: José Arcadio y Aureliano, esos dos nombres se repiten en todos los varones de la historia, que tiene un final anunciado casi casi desde el principio pero igual o doblemente inesperado, y un chingo de cosas de las que se podría uno seguir inventando pindejadas, como me he dado cuenta buscando en internet opiniones sobre la novela. Hay cada pendejo con cada teoría sobre el pasaje más estúpido e insipiente de la historia que parecería que eso se lo inventaron ellos. Claro, si le buscan le encuentran, y aquí más, porque tiene un chingo de tela de donde cortar, pero pos tampoco se pongan a inventar sus mamadas. Sin embargo, al ver que no tenemos un punto fijo de vista al cual aferrarnos, estamos apuntando a la alucinación de teorías y a la semejanza de símbolos diversos encontrados sumergidos en los párrafos para poder dar una apantallante exposición a nuestra buena (bueniiiiisima) maestra de Lite.

Pero bueno, ya con eso fue suficiente. Me pondré a trabajar. Tengo que hacer mi super-presentación en PowerPoint. Ya mañana copiaré mis reportes, como siempre. Esperemos que el tiempo de mañana sea suficiente para realizar mi empresa.

miércoles, 14 de abril de 2004

La frase del día.

"Todos somos inmortales, hasta el día de nuestra muerte..."



martes, 13 de abril de 2004

Esperandou...

Chaliiiino, segundo día de clases, la nostalgia ya parece apoderarse de las horas de clase. Nomás una pinchi semana de vacaciones y de vuelta a esta madre. Tengo un chingo de tarea pero no hay pedo, primero es la expresión, hay que sacar lo que traemos dentro, bueno, no todo, hay gente aquí...
Otra vez con los pasillos llenos de viejas buenas, la primavera sigue haciendo estragos en mi cuerpo, las hormonas parecen explotar ahora con más frecuencia en el día. Lo vuelvo a repetir una vez más (aunque no quiero sonar redundante): necesito una morra. Lo anterior me pone a pensar (de veritas!...): ¿qué tipo de mujer es la que necesito?. Pos la neta he sido tan pindejou como para rechazar una que otra prospecta que tenía potencial. Me aplomé con muchas otras que muy seguramente valían la pena. Y terminé agarrandome unas que ni pa qué les cuentou... jaja. Ayer como que salió ese pinchi tema tan recurrente y ya la neta no sé qué hacer!!, esa es mi conclusión!, jajaja, (tanto pedo pa eso??). Lo de la calentura con ciertas viejas es solamente la misma cosa desde otro punto de vista: en vez de ahorcar al ganzo yo solo, pos quemo unas cuantas calorías con alguna morrilla. Las dos opciones tienen sus ventajas y desventajas (no wa entrar en detalles) pero la segunda por lo menos me hace sentir menos loser (un poquitou nada más...). ¿Qué chingados pretendo con estas confesiones? La neta no sé. Tal vez hacer este blog más atrevido ("soy bien maloooo"). Lo cual confirma mi teoría de que necesitamos esta madre pa comunicar nuestras ideas, CO-MU-NI-CAR-LAS, no sólo sacarlas de donde las tenemos. Es importante saber que no somos los únicos pindejous que pensamos algo, aunque, a veces, somos los únicos pindejous que lo decimos. Hoy en clase hice una pregunta muy estúpida, casi oí las risillas burlonas que yo en otras ocasiones he producido, pero al salir de la clase otro huey me dijo que él tampoco había entendido lo que yo había preguntado. Se siente uno bien al saber que no está solo. No es que quiera dejarles la moraleja de que escriban más. Es una pendejada. Toda la raza que lee esto tiene sus pendejadas que contar.
Tengo que leer un libro y sacar info pa una exposición pal viernes. Mi equipo está conformadou por cuatro guapas morrillas estudiantes de LRI. Como podrán imaginarse el promedio del I.Q. del equipo está un poco más abajo de lo normal, jaja. Las ideas principales recaen en lo que a mí se me pueda ocurrir. Así que ya sabrán porqué a la maestra catalana le cae gordo nuestro equipou. Aunque siempre he tenido ese problema con las maistras de español. Desde la secu (jaja, que curado se oye) he sido odiado por mis profesoras de Español, Redacción, Literatura, etc. Qué bueno que esas viejas no son mi tipo. Aunque sí le hago un paro a mi maestra de orita. Le doy una pequeña introducción al fascinante mundo del latin lover (mmm... a quien le tendría que presentar???...). Como dije antes, le caigo de a madres, mi pensamiento no coincide con el de ella en muchos sentidos y es tal vez por eso que considera todo lo que digo como una babosada. Así es la vida. Mientras tanto tengo que prepararme para la exposición y no dejar que el físico de mis cuatro mamis compañeras de equipo me distraiga de las ideas importantes sobre el tema. En este punto me he dado cuenta de que ya no tengo nada interesante qué escribir, y si alguien llegó hasta esta parte del escrito lo felicito por su perseverancia pero permítame burlarme de su vida sin mejores cosas que hacer que leer las pendejadas escritas por un pindejou al que sólo le interesa ser el más pindejou de todos los pindejous...

n

¿Algo más pindejou? ¿algo más pindejou que tener una puta en tus piernas y respetarla? más pindejou que querer abrirle la puerta del carrou, regalarle unas rosas, intentar sacarla del supuesto infierno que vivía en ese burdel de segunda... ¿algo más pindejou...? Pues así o más pindejou era él.
Esa noche estaba narrando en su cabeza lo que estaba viviendo, pensaba en la mejor forma de contar literariamente sus experiencias. Mientras pensaba, pensaba: y piensa cómo contar su historia de la mejor manera, narrando sus pensamientos y descubriendo sus intenciones a la luz de las frases. Y el morro no entendía, no agarraba el rollou. Mejor se fueron del congal, partieron rumbo al ostión con la intención de ponerse bombos. Ya en el antrillou se sentía en un arrabal, como si hubieran entrado a otro burdel, tanto que intentó agarrar la nalga de una morra que pasaba a su ladou, por fortuna, demasiado pensamiento detuvo el movimiento, como casi siempre. Esa madre estaba llena, estaba hasta el culo (al que, por cierto, saludó), pura raza que no tenía el interés de conocer, conocidos que no quería ver, la noche, pues, no era pa socializar. Sentía que no terminaba por encajar en ese lugar, tanta gente casi siempre lo hacía sentir más solo. Se despidió de los compas. El cansancio que sentía fue su pretexto para caerle al cantón tan tempra. Se despidió con todo y abrazo, pues ya no los volvería a ver hasta las siguientes vacaciones, mañana partiría de vuelta en la serpiente enlatada que sube por los cerros (el camión). Salió del lugar, mirada gacha, evitando la posibilidad de un molesto encuentro con alguien conocido: detestaba los saludos de cortesía. Se fue caminando hasta su casa tratando de notar a nadie, pero tratando de que lo notaran. Siempre trataba, y si alguna vez tenía éxito no había manera de saberlo. Lo hacía porque deseaba que alguien tomara la iniciativa en su lugar. Nunca fue un hombre de iniciativas. Siempre se describió a sí mismo como una persona de segundas oportunidades. No volteó a ver las morras en bikini arriba de la camioneta, ni notó las parejas bailando en la calle al ritmo de la banda ni se percató de las nalgonas bailando la canción de "La mesa" en el techo de la Navigator blanca. No notó nada, no quería notar nada, queria su soledad en medio de la muchedumbre, quería su tristeza en el ombligo del derroche de alegría. Sentía otra vez la sensación de que estaría solo para siempre. Su actitud de valemadre, su actuación de "soyelmaschingondetodos". Sólo pretendía aparentar. Para él, parecía conseguirlo. Qué actuación. Hasta él mismo se la creía.
Pateó la única piedra sobre el adoquín de la calle desierta mientras seguía narrando en su mente: Casi brota una lágrima cuando pateó la piedra con la que, se había dado cuenta, era la única se podía indentificar: tan sola en esa calle tapizada de tantas piedras. Caminó un poco más para llegar a su casa, esperando no llegar, esperando no seguir en la calle, esperando que pasara algo, esperando no existir más, esperando no esperar nada. Y volvió a narrar en su mente y esto le molestó sobremanera. No había nada que pusiera tanta rabia en su ánimo que el hecho de pensar cuando no quería hacerlo. ¿Por qué seguir pensando? ¿por qué seguir lastimándose con sus reproches suicidas?. Buscaba paz, pero era todo lo que hacía: buscar. Al abrir la puerta de su casa ya no sabía qué ocurría primero, si las narraciones en su mente o las acciones en la realidad. ¿Era en su mente una narración o eran sus actos una dramatización de un libreto escrito en su cabeza?. La idea lo atormentó hasta el sueño, donde soñó que narraba su vida desde un palco en el cielo. Soñó que el muñeco de abajo ya no pensaba, sólo hacía lo que estaba escrito en el libreto de arriba.

lunes, 5 de abril de 2004

Se vuelve a repetir otra vez de nuevo insistentemente de manera reiterada esta madre...

Y helo aquí (uy que culto!: habla en tercera persona de sí mismo...) sentado frente a una computadora que alguna vez fue suya pero que ahora ya no lo es tanto y con unas ganas de escribir pero niuna pinchi idea de qué (pero una pendejada de seguro).

Volví pa la playuca, viejos recuerdos se presentaron en la arena, de cuando pendejeábamos casi diario en semana santa jugando futbol hasta que ya no se veía el balón, cuando no había tanto chilango naco y pindejou ni tanto culichi nacou y mamión. Ahora un aire nacou sobrepasa la brisa marina, a pesar de los inútiles intentos de las gringas buenotas de mejorar la calidad visual del paisaje playero. Aquellos tiempos en los que uno se hacía el pindejou (¿"aquellos"?) todo el día, al parecer parece que parecería que nunca regresarán. Cuando me iba a venir pa acá, ese día cagué tres veces... tal vez es una forma de expresar la emoción y la ansiedad que sentía (apa expresionsitas...) pero ya estando aquí me parecen pocas esas muestras de emoción porque estando con la galleta porteña otra vez como que me siento ruco, chaleee, bien ruco, cuando estaba morrillo pensaba que después de los 20 ya era otro pedo, que los morros se convertían en hombres, la veeeeertebra!, se convierten en unos pindejous, veintitantos y todavía estudiando, valiendo madre, todavía copiando en los examenes, consiguiendo las tareas y pretextando las califas jodidas, ya estás grandecito no?... al parecer no.

Ayer estuvo chingón. El día empezó con un ensayo retrasado pero al fin muy bien practicado. El Capitán Tejuino obsequió dos horas de ruido intenso e ininterrumpido que sacudieron las paredes de la cochera y los oídos de los vecinos, los últimos 30 minutos fueron los mejores, después de un período de reconocimiento mutuo repasamos el disque repertorio y la neta no es por acá pero nos salió bien chingón. Si sacáramos un disco la neta sí lo compraría (de perdis pa decir que vendimos una copia...) porque se oyen chilas las rolillas. Seguimos en busca de que nos den chanza de gritar en alguna tocada, cualquier información al respecto, por favor, háganmela llegar ("querido teleauditorio..."). Después del ensayo nos lanzamos al super lienzo charro del toreo (la casa del koreanou) pa realizar el ya tradicional Aguachile Hijodesurreputisisimamadrequeenchilosoestá!!! Fue un rato chilo desde el primer momento, pocas veces me he reído tanto, la otra fue en el primer Congreso Internacional de Aguachiles realizado las pasadas vacaciones. Al parecer el chile en exceso tiene el mismo efecto que un churrascou (eso dicen...) porque en cuanto estábamos rojos, sudando y llorando de enchilados empezó una avalancha de risas pendejas y carcajadas contagiosas detonadas por el más mínimo comentario sin chiste. Fue de lo más chilo estarse cagando de la risa (literalmente), llorando, sudando y con fluidos nasales recurrentes mientras tu carcajada no te permitía eructar. Es algo también un tanto masoquista el asunto, el pinchi caldito del aguachile puede ser usado pa destapar excusados y coladeras y sin embargo nosotros le entramos con tanta devoción y entusiasmo que pareciera que estábamos hitnotisados por el líquido verdoso... En la nochi nos fuimos a dar el roll por el malecas, disfrutando de una dotación de ampolletas Pacífico, a toda madre, terminamos agarrando cura recordando viejos tiempos de la prepa donde éramos aún más pindejous que hoy (imagínensen...) estuvo curadou. Después pos al cantón, todo a la pseudo-normalidad, ya me desacostumbré a vivir con mi amá, tender la cama, desayunar, oír regaños, oír cariñitos pindejous (¿hay algún cariñito inteligente?) y extrañar a mi hermana en compañía, extrañarla más todavía (ya vente lilián!! qué te piensas de la vida, fea??).

Pos ese fue el productivo día de ayer, a toda madre, bien chingón, tanto que me caga que haya sido ayer y no siempre.