Mis posts se han vuelto de lo más ordinarios. No es que antes fueran la octava maravilla, pero al menos decía algo que necesitaba sacar. Ahora se ha vuelto casi casi costumbre, una madre que tengo que hacer cada cierto tiempo.
En mi pinchi primera clase no vino el pinchi profe y me tuve que levantar de oquis, en la madrugada de las 10 de la mañana. Iba en el pinchi elevador pa llegar a mi clase y toda la raza se baja en el quinto piso, como siempre hay alguien que va al sexto (como yogurt) no me preocupé por picarle al 6. Pos cuando se bajaron todos resulta que nadie le había picado (porque nadie iba, excepto el pendejo de yogurt) y que el putou elevador se empieza a retachar pa abajo, no mames!!!, párenlo!!, le piqué al 4 a ver si se paraba pero le valió madre y le siguió. Le piqué desesperadamente al 3 a ver si alcanzaba a detenerse en el tercer piso y naranjas; el elevador se burló de mí y me mandó a la vértebra siguiéndose de largo en su caída endemoníada. Como un último recurso, presioné frenéticamente el 2 para detener a la máquina infernal en el segundo piso... no funcionó. Llegué al primer piso donde todos estaban esperando, esperando que saliera. No es normal que un pindejou llegue al primer piso y se devuelva otra vez de nuevo pa arribeiro. Por lo que tuve que hacer un ademán estúpido de "súbanse...". Se subieron. El elevador lleno. Hasta su madre (sí, la de usted). Le picaron al 5. Cuando el elevador se paró en el 2 alguien preguntó: "¿quién va al dos?", yo hice una risa burlona, como diciendo: "qué pendejo el que le haya picado...". "No mames le picaron a todos los pisos!" dijo otra vieja. Yo me hice el pindejou (al cabo no sé cómo...) y no dije nada pero el caso es que el pinchi elevador estaba poseído y se detuvo en todos los pinchis pisos hasta llegar al sexto. Ahí caminé a mi salón sólo para enterarme de que el pinchi profe no había ido a la clase anterior, por consecuente, ni de pedo iba a llegar pa nuestra clase. Sentí que me hervía el buche y recordé esos tristes momentos en mi cama en los que resignadamente afrontaba mi destino de separarme de mi lecho para partir a mi recinto de enseñanza. Me cagó. Total que nos fuimos toda la banda óptica de retache, cada quien por su laredo después de salir del eleveiror, el cual desistió esta vez de jugarnos una artimaña tan propia de él.
Caminé hasta el otro lado de la escuela sorteando viejas buenas y pindejous, para llegar con mucho tiempo de anticipación a mi clase de Lite. Saqué mi compu y me puse a escribir como pa perder el tiempo pensando que realmente no tenía nada interesante que escribir, cuando me vino a la mente el incidente con el elevador poseído, al que todavía pienso le hace falta un exorcismo...
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