lunes, 5 de abril de 2004

Se vuelve a repetir otra vez de nuevo insistentemente de manera reiterada esta madre...

Y helo aquí (uy que culto!: habla en tercera persona de sí mismo...) sentado frente a una computadora que alguna vez fue suya pero que ahora ya no lo es tanto y con unas ganas de escribir pero niuna pinchi idea de qué (pero una pendejada de seguro).

Volví pa la playuca, viejos recuerdos se presentaron en la arena, de cuando pendejeábamos casi diario en semana santa jugando futbol hasta que ya no se veía el balón, cuando no había tanto chilango naco y pindejou ni tanto culichi nacou y mamión. Ahora un aire nacou sobrepasa la brisa marina, a pesar de los inútiles intentos de las gringas buenotas de mejorar la calidad visual del paisaje playero. Aquellos tiempos en los que uno se hacía el pindejou (¿"aquellos"?) todo el día, al parecer parece que parecería que nunca regresarán. Cuando me iba a venir pa acá, ese día cagué tres veces... tal vez es una forma de expresar la emoción y la ansiedad que sentía (apa expresionsitas...) pero ya estando aquí me parecen pocas esas muestras de emoción porque estando con la galleta porteña otra vez como que me siento ruco, chaleee, bien ruco, cuando estaba morrillo pensaba que después de los 20 ya era otro pedo, que los morros se convertían en hombres, la veeeeertebra!, se convierten en unos pindejous, veintitantos y todavía estudiando, valiendo madre, todavía copiando en los examenes, consiguiendo las tareas y pretextando las califas jodidas, ya estás grandecito no?... al parecer no.

Ayer estuvo chingón. El día empezó con un ensayo retrasado pero al fin muy bien practicado. El Capitán Tejuino obsequió dos horas de ruido intenso e ininterrumpido que sacudieron las paredes de la cochera y los oídos de los vecinos, los últimos 30 minutos fueron los mejores, después de un período de reconocimiento mutuo repasamos el disque repertorio y la neta no es por acá pero nos salió bien chingón. Si sacáramos un disco la neta sí lo compraría (de perdis pa decir que vendimos una copia...) porque se oyen chilas las rolillas. Seguimos en busca de que nos den chanza de gritar en alguna tocada, cualquier información al respecto, por favor, háganmela llegar ("querido teleauditorio..."). Después del ensayo nos lanzamos al super lienzo charro del toreo (la casa del koreanou) pa realizar el ya tradicional Aguachile Hijodesurreputisisimamadrequeenchilosoestá!!! Fue un rato chilo desde el primer momento, pocas veces me he reído tanto, la otra fue en el primer Congreso Internacional de Aguachiles realizado las pasadas vacaciones. Al parecer el chile en exceso tiene el mismo efecto que un churrascou (eso dicen...) porque en cuanto estábamos rojos, sudando y llorando de enchilados empezó una avalancha de risas pendejas y carcajadas contagiosas detonadas por el más mínimo comentario sin chiste. Fue de lo más chilo estarse cagando de la risa (literalmente), llorando, sudando y con fluidos nasales recurrentes mientras tu carcajada no te permitía eructar. Es algo también un tanto masoquista el asunto, el pinchi caldito del aguachile puede ser usado pa destapar excusados y coladeras y sin embargo nosotros le entramos con tanta devoción y entusiasmo que pareciera que estábamos hitnotisados por el líquido verdoso... En la nochi nos fuimos a dar el roll por el malecas, disfrutando de una dotación de ampolletas Pacífico, a toda madre, terminamos agarrando cura recordando viejos tiempos de la prepa donde éramos aún más pindejous que hoy (imagínensen...) estuvo curadou. Después pos al cantón, todo a la pseudo-normalidad, ya me desacostumbré a vivir con mi amá, tender la cama, desayunar, oír regaños, oír cariñitos pindejous (¿hay algún cariñito inteligente?) y extrañar a mi hermana en compañía, extrañarla más todavía (ya vente lilián!! qué te piensas de la vida, fea??).

Pos ese fue el productivo día de ayer, a toda madre, bien chingón, tanto que me caga que haya sido ayer y no siempre.

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