domingo, 16 de mayo de 2004

Por fin...

Por fin se acaba esta madre, mañana tengo mi último, pero no menos importante (aunque sí menos perrou), examen de Literatura Latinoamericana Contemporánea, cariñosa y cremosamente apodada como "Lite" (Léase "Li-te", en español, no "lait" como estoy seguro que más de un pindejou así lo leyó).

El jueves tuve mi examen de Electrodinámica. La neta, hasta ahora me doy cuenta que los examenes finales no solamente son un período de tiempo sino un estadou mental. Toda la semana estuve desconectadou del mundou y siempre se me hacía como que era martes, sabía cuanto tiempo faltaba pal examen, sabía que era el jueves, pero de todas formas tenía en la cabeza la estúpida idea de que era martes (me siento como José Arcadiou Buendía...). Me pierdo en el tiempou, las horas en la bibliou pasan más rápido de lo normal y la ansiedad y la preocupación crecen de manera exponencial conforme se acerca la hora del examen. Antes era peor (más pior): me estresaba tanto con cada examen parcial de teoría electromagnética que ahí realmente perdía la noción del tiempou, no me daba hambre, ni ganas de salir, dormir era nomás un requisito para poder seguir estudiandou y la ansiedad y la preocupación tomaban forma física en un nudo en mi garganta y una bola en mi pechou, y tooodo el pinchi día, desde 3 días antes del examen, metido en la biblioteca. Esos eran los únicos días en los que no iba con el Iván. O a veces le caía en su depa como zombie nomás para "despejarme". Después volvía al país de los ausentes: con mis compas que, al igual que yo, estaban ahí pero no estaban, habían sido tragados por la voracidad del mundo de los campos electromagnéticos. Medio mamiona toda mi descripción, pero la neta es la meritita verdá, al menos para mí.

Para este examen no fue tanto. Al parecer ya he aprendido que con la preocupación por un lado mis fuerzas disminuyen y mi capacidad se ve menguada, así que desde hace un tiempitou ya no me preocupo tanto por los exámenes. Opto por el valemadrismo responsable. Es de lo más sabio hacer eso: no te estresas, estudias mejor, duermes bien y te va mejor en el examen. Es de lo más mejor. Sin embargo, como digo, es un estado mental diferente al normal. En este examen necesitaba un 80 para pasar (20 de 25 puntos en el examen) y la neta se veía bien cabrón. En los parciales me sacaba a duras penas 71 y eso porque las tareas valían el 40% y el examen 60%. O sea que nunca me saqué más de 60 en el examen, pero pasaba por las tareyas. El panorama pintaba cabrón, recabronsísimo, diría yo. La calma me acompañó en la víspera del examen: mientras estudiaba, mientras comía y mientras dormía; incluso me acompañó durante el examen, el cual realicé con todo lo que podía. Me abandonó al momento de terminar el examen, cuando salí del salón, cuando platiqué con los otros hueyes. Me había equivocadou (al parecer) en una estupidez (pa no perder la costumbre...) que yo ya sabía cómo resolver. El pánico me entró en la tarde (la neta creo que sí fue pánico) pero tenía que controlarme por mi examen de óptica del día siguiente (pero ésa, es otra historia...). Al otro día, salí de mi examen de óitica y me encontré a Grabielovska y le caímos por un blizzard, pero no podía esconder mi cara de preocupación, descepción y hasta vergüenza, así como tampocou era capaz de empezar una conversación, sólo me limitaba a contestar. Llegué a la casa y me conecté, con mucha pena, por primera vez en esa semana. Al ver a mi amá en línea me awité un chingo, pensé en qué le iba a decir si tronaba esta materia, las excusas valen madre, no podría decirle nada. En eso, enter the panic, veo un mail: "Notas finales de Electrodinámica" y obvié en ese momento lo mamión que se veía decir "notas" en lugar de "calificaciones" porque la neta estaba casi petrificadou. Mi jefa en el msn y yo con las califas en mi poder. No es por dármela de drama queen (como diría el bananou) pero casi me echo a chillar, verdá de dios. Entonces, lentamente, abrí el putou archivou apocalípticou, con el culou en la manou. Estaban las matrículas, seguidas de una cifra de dos dígitos (nadie saca 100) y entre las primeras estaba la mía: 541527... 70... (A ver otra vez...)541527... 70. A hueeeeevoooooooooooooooooooooooouu!!! un pinchi peso se quitó de encima, lo que me permitió sentarme derecho para poder volver a revisar otra vez de nuevo repetidamente: 541527... 70. A toooooda madreeeeee, un pinchi estallido de júbilo casi tan espontáneo como el primerou. Sin apartar la vista de la pantalla y ahora con la ayuda de mi dedo para no cometer el error de equivocarme de matrícula, volví a checar la noticia: 541527... 70. Qué chingón se siente. Sentí como si me hubiera sacado un 120, me hubieran dado mención honorífica, hubiera ganado la pinchi olimpiada de la pinchi física y me hubieran premiado con una medalla y un viaje todo pagadou a Australia con acompañanta incluída, (ahora que lo escribou y recapacitou, como que me vi algo mediocre y un tanto nacou con ese sentimientou, jaja) así de chingón me sentí. La pinchi noticia del semestre.

Esa noche (el viernes) fui a una peda, andaba de papichulou con una morrilla que al final terminó (obviamente...) por hartarme, después le caí a otra pedilla IFI, donde conviví como hasta las 5 y feria de la mañana en que me andaba durmiendou de lo cansadou y después de unos putous tragos de mezcal (así o más nice?). Ayer me levanté tarde y fuimos a un mandadou y después le caímos al partidou de los Tigres y del Atlante, y nos tocó presenciar el golazo del Chamagol y la eliminación de los gatitous, pobres regios pindejous. En la nochi con una morrita, de playboy, el cogesor salió dar cátedra de manejo de circunstancias y control de la situación. Hoy domingou por fin puedo decir que ya se acabó la escuela (por ahora), por fin puedo descansar, por fin puedo decir que soy libre, por fin puedo decir ¡por fin...!

y qué chingón se siente...

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