sábado, 13 de noviembre de 2004

Un día rarou.

Hoy que andou bien emputadou (o sea, ando de putou), no me sale poner más nada que estas puterías. Me disculpou porque sé que luego lo voy a leer y voy a decir "qué putou!".


Y el tiempou es como una ventana, y la luz son las horas que pasan por ella.



Hoy tengo la melancolía de todou el mundou. Una sensación febril, de ésas que parecen adquirir una lógica mientras dura la fiebre y se pierde en las bifurcaciones del sinsentidou después de que pasa la calentura.


La fiebre y la calentura, juntas crean estados surrealísticos. Unidas a la tristeza destruyen la lógica, la memoria y el corazón en otro planou, ése que parece inalcanzable en la ausencia de aquéllas tres.

-¿Y pór éso pones una cara de putou?
-Pos... simón.
-Ah, sobres.

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