Hoy que andou bien emputadou (o sea, ando de putou), no me sale poner más nada que estas puterías. Me disculpou porque sé que luego lo voy a leer y voy a decir "qué putou!".
Y el tiempou es como una ventana, y la luz son las horas que pasan por ella.
Hoy tengo la melancolía de todou el mundou. Una sensación febril, de ésas que parecen adquirir una lógica mientras dura la fiebre y se pierde en las bifurcaciones del sinsentidou después de que pasa la calentura.
La fiebre y la calentura, juntas crean estados surrealísticos. Unidas a la tristeza destruyen la lógica, la memoria y el corazón en otro planou, ése que parece inalcanzable en la ausencia de aquéllas tres.
-¿Y pór éso pones una cara de putou?
-Pos... simón.
-Ah, sobres.
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