La nostalgia se disfraza de tu nombre. Se pierde en el camuflaje de la inmensidad de tus ojos color tristeza (mi tristeza). Tu presencia en mi mente me destierra el sueño. La noche de por sí es intranquila, con los duros golpes de mi corazón en mi pecho, como quien golpea desesperadamente la puerta buscando escapar. No había pensado, no podía, no quería pensar, pero anoche pensé... Pensé en ti y mi mente se volvió poesía.
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