jueves, 16 de septiembre de 2004

"Esta wea tá más fome que la chucha, perro!"

Traducción chileno-mexicanou: "Esta madre tá más aburrida que la chingada, compa!". Pinchi pueblitou culerou, con 4 pinchis bares piojosos donde lo único que puedes hacer es pistear, pero no ponerte pedo porque si te ven caminandou chueco por la calle, te levantan, te sacan la fotitou y al día siguiente tas en el pinchi periodiquillo de la escuela como el pindejou que se empedó y lo agarraró la chota... chiale!.

Estoy en la pinchi etapa en la que siempre entro cuando me voy a alguna parte. Cuando me fui a Monterrey me pasó lo mesmo, total que cuando me voy pa algún lado por algún tiempo como que me agarra esta pinchi sensación de soledad, melancolía y desesperación, todo mezcladou. No sé porqué, si ahora sí he podido hacer más amigos y más rápido que las otras veces. Pero yo soy así, nunca puedo confiar de primera en las personas que conozco. Creo que de todos mis amigos (o conocidos) sólo los que cuento con los dedos de una mano son lo que considero mis verdaderos amigos, a los que siempre les cuento las pendejadas que se me vienen a la mente cada vez que me pasa esto, y escribo un pinchi mail contando estupideces y cosas curadas solamente para disfrazar la frase en la que digo "los extrañou". Pero qué vergaaaa!!. Hasta yo me harto de mis pindejadas, es por eso que me caga esta necesidad de contar lo que siento a las mismas personas, y me caga aún más no poder hacerlo con algún pindejou o pindeja que apenas me conozca, que al cabo va a ser la misma chingadera, lo que me alivia no son los consejos sino el hecho de sacar lo que traigo dentro. Pero bueno, yo mismo acepto que ése precisamente es, tal vez, el problema más grande de mi personalidad: no digo lo que realmente siento, no hago lo que realmente quiero. La mayoría de las cosas que expreso y que hago son esbozos de mis sentimientos, apenas una pequeña parte de lo que me aqueja en ese momento. Pero cuando tengo algo así como que me molesta (aunque sea una pindejada) no lo digo, se queda ahí hasta que se hace una pinchi bola en mi garganta que ya no me deja decir nada, que invade toda mi mente y no me deja pensar en otra cosa. Así me pasa siempre, y me caga que siempre deje las cosas para el último. Como si en la despedida fuera a arreglar cualquier asunto sólo por el poder de la ausencia venidera: las últimas palabras de las personas siempre se toman más en serio. Así que pospongo todo, hasta el momento en que ya no pueda más contenerlo, y casi siempre lo que sale es una gran bola de sentimientos que en realidad no se entienden ni se pueden relacionar (así como este pinchi post). Vergasss, siempre suenan mejor las cosas en mi cabeza y cuando las escribo me parece que no me doy a entender. Qué absurdo es el pensamiento en papel. Pero no mames, no sé qué pedo. Quisiera hacerle saber a Ella que a pesar de todo lo que hago, de todo lo que pienso, de todos los errores que cometa, de todo lo que diga y todo lo que pase en mi vida siempre estoy pensando en Ella. Veerrgas ahí vas otra vez!!, ¿por qué siempre tienes que relacionar todos tus pinchis problemas con Ella?. Pero bueno, aquí estoy en este pueblitou, disfrutando el paseo, albureando al chileno, tirándole el rollo a una gringa, burlándome de todos con un gringo, curándomela del venezolano, pendejeando con los holandeses, cachondeando con una española, aprendiendo hablar portugués y, todavía, pensando en Ti...

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