viernes, 17 de junio de 2005

Espejismou.

Ayer te vi. Al menos eso pensé. Por un momento pensé que estabas alentándome, gritando y aplaudiendo para mí. Eras Tú a la distancia. Lástima que no a la cercanía. Por un momento mi corazón latió más fuerte. Martilleó mi pecho. Me hizo temblar. Casi me dolió.

Pero al acercarme tomaste forma. O más bien, la perdiste. Porque entonces me di cuenta que no era a mí al que alentabas. No eras tú. A ella le di tu forma. Pero tu forma no quiso ser ella. No eras tú. No eras tú...

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