viernes, 2 de julio de 2004

Un manojou de pindejadas...

Ando medio desveladou, medio crudeliou, medio pindejou (como siempre). Me estaba mediou jetiandou cuando recibo la llamada del famoso Rafai (mi tío). En un momento le caía. Y vaya que le cayó. Llegó y fuimos por la troca, a sacarle un permission pa circular sin placas. De volón pin-pón se hizo la machaca y fuimos a matar unos criminales mariscos con el famoso "El Toro". El puerto a 33º C y nosotros en la carreta, en la sombrita, en el desmadre, marisqueandou y tistiandou, dos medias hacen una Ballena y la tercera es el pilón, el pretexto es la calor, pero la razón es la cruda realidá. Le pegamos un buen baje a los mariscos y un buen trence con las Pacific. Nos retiramos en la troca que ya de por sí tira barra, tira pura shit y con las llantas rechinadoras de Monterrey aún más. Pegamos un rol por el malecas y me tiraron en la house pa que mi tío y su compadre se juyeran direito pa Concordland y yo tuviera la oportunidad de contar una hazaña cualquiera en la vida de un huevón mazatlecou cualquiera (el único...). Calor, cheve y mariscos, es el pinchi sabor del caldo porteño que se mezcla con el sudorsitou de veranou que sazona la vida porteña y aliviana los días infernales frente a las 3 islas.

(Qué pinchi Secretaría de Turismo me oí compa...)

Un atardecer cualquiera en el puertou, nomás pa que se den un quemón...

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