Ando medio desveladou, medio crudeliou, medio pindejou (como siempre). Me estaba mediou jetiandou cuando recibo la llamada del famoso Rafai (mi tío). En un momento le caía. Y vaya que le cayó. Llegó y fuimos por la troca, a sacarle un permission pa circular sin placas. De volón pin-pón se hizo la machaca y fuimos a matar unos criminales mariscos con el famoso "El Toro". El puerto a 33º C y nosotros en la carreta, en la sombrita, en el desmadre, marisqueandou y tistiandou, dos medias hacen una Ballena y la tercera es el pilón, el pretexto es la calor, pero la razón es la cruda realidá. Le pegamos un buen baje a los mariscos y un buen trence con las Pacific. Nos retiramos en la troca que ya de por sí tira barra, tira pura shit y con las llantas rechinadoras de Monterrey aún más. Pegamos un rol por el malecas y me tiraron en la house pa que mi tío y su compadre se juyeran direito pa Concordland y yo tuviera la oportunidad de contar una hazaña cualquiera en la vida de un huevón mazatlecou cualquiera (el único...). Calor, cheve y mariscos, es el pinchi sabor del caldo porteño que se mezcla con el sudorsitou de veranou que sazona la vida porteña y aliviana los días infernales frente a las 3 islas.
(Qué pinchi Secretaría de Turismo me oí compa...)
Un atardecer cualquiera en el puertou, nomás pa que se den un quemón...
viernes, 2 de julio de 2004
Suscribirse a:
Comentarios de la entrada (Atom)
No hay comentarios.:
Publicar un comentario