Es la temporada...

Es la pinchi temporada. En estas alturas del añejou siempre le agarra a uno un no sé qué que es así bien quién sabe cómo. "Es la pinchi temporada", me repitou cada añou.

El pedou de ver qué chingados ha pasadou en las últimas 8000 horas, qué ha cambiadou, qué ha sido para mejorar, qué no. Casi casi todos los años me doy cuenta de que cambio, aunque sea un poquitou, aunque el pepinou diga que el nuevou megaNacou es como el nuevou PRI: las mismas pinchis mañas.

Esta vez me he dado cuenta de que el cambio en turno ha sido más notorio y, tal vez, más radical. Pero también me estoy dando cuenta de que cuando cambio alguna cosa, otras más también cambian con ella. Me siento como un putou cubo de Rubik, en el que si creo acomodar algo para que "combine" con las situaciones se cambia otra cosa que "descombina" (o desmadra, más bien) otras situaciones. Y en muchas ocasiones los cambios que hago no son de mi agrado y prefiero lo que era antes, aunque no me fuera tan bien con eso, e intento volver a lo mismo pero no lo logro completamente y me quedo en el medio de lo que era y lo que había cambiado, en otra cosa que no es lo que quería ni tampoco lo que era.

El putou pedou es que hay veces en las que no me aguanto como soy y otras en las que no me aguanto en lo que me he convertidou. Puta madre. La mayoría de las veces me sucede por pensar tanto. Las otras veces me suceden porque realmente no me interesa el cambio propuesto. Vergas, ya ni sé ni qué chingados estoy escribiendo.

El desmadre es que hay veces en las que prefiero sufrir, de alguna manera, a hacer algo para tratar de no hacerlo (de no sufrir). Hay veces que me siento atado para poder hacer lo que realmente quiero, ya sea por mí mismou o por otras personas. Hay veces que quisiera irme corriendou por toda América, cruzar nadando el pinchi Atlánticou, aventarme desde el punto más alto que un cuerpo humano pueda soportar una caída. Quisiera que algo o alguien me cambiara, que estremeciera mi mundo, que esfumara mis pensamientos dudosos y redundantes, que me hiciera todo lo quiero y sé que puedo ser...