Había oscurecidou antes de lo normal, cruzábamos el valle verde de Sinaloa, con los campos inmensos rebosando de verde a ambos lados de la carretera. El cielou de prontou se nubló y las luces en él se hicieron cada vez más brillantes. Los relámpagos caían con mayor frecuencia y mayor fuerza que las gotas. La noche se hacía tarde con cada flashazo y los campos recobraban su verdor por un momentou en la negrura.
Un relámpago, una muestra más de que la naturaleza nos lleva por muchou la delantera en espectacularidad y poder.
3 comentarios:
ayy sinaloa!, como te extraño... por diciembre espero escuchar esos relampagotes por mis lares...
la naturaleza rifa machin,ese!
la foto esta re chila!
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